Those who wish me dead

Those who wish me dead

Difícil rastrear en la película cosas que nos permitan ponderar alguna cualidad, un rasgo, un detalle. Quizá la actuación del más joven de los actores nos de alguna razón para seguir adelante.


2 Butacas




Angelina Jolie es bella, pero digamos todo, en contadas excepciones, quizá más vinculadas con la comedia, vimos su capacidad para actuar, para transmitir emociones, para llevar adelante un rol más allá de algunos mohines y su rostro en la pantalla.

Esta película no es diferente a otras, compone a una mujer bombero, que trabaja en el bosque en esas brigadas extremas que tienen que recurrir a todo para evitar que el fuego se propague. 

Supuestamente es una muchacha que juega al límite, que es levemente alcohólica, y que está algo desquiciada (estos personajes son los que le encantan a la actriz) pero no podemos afirmarlo, ya que más allá de lo declamativo del guión, no podemos corroborar eso con la actuación que ofrece.

Si bien todo el cuerpo técnico, director incluido, han trabajado ya con personajes complejos en historias interesantes, no logran en esta ni una pizca de eso.

Se presentan esos personajes medio salvajes con una profesión noble, y por otro lado se va desarrollando una historia que va al encuentro de ese bosque. Un contador forense descubre con su trabajo ciertos movimientos contables, que involucran gente encumbrada, y cuando ve en las noticias que gente vinculada con ese trabajo es volada literalmente por los aires con casa incluida, decide ocultarse con su hijo en el bosque.

Un par de sicarios muy pero muy malos (Aidan Gillen y Nicholas Hoult) enviados a matarlos (por alguna agencia gubernamental que no se revela nunca pero que suponemos también muy malos) y lo logran parcialmente.

Ahí arranca la segunda parte de la película, la relación que van desarrollando ese hijo y el personaje de Jolie, los peligros que enfrenan juntos y el fuego que se desata en el bosque. Fuego y una tormenta feroz.

Bueno, así está todo, no hay más, ella hará todo lo inimaginable para defender a ese niño que la conquista, su soledad, sus soledades se complentarán, y pasarán por todos los peligros juntos.

Nada, absolutamente nada es creíble, ofrece actuaciones que nos conmuevan o creamos, Jolie es un compendio de máscaras y movimientos poco felices. Su delgadez extrema y sus pómulos nunca pueden salir de la trampa de su físico. Lamentablemente no podemos creer el vínculo que supuestamente desarrolla con ese chico, porque sencillamente no le creemos.

Ese vínculo tenía un potencial totalmente desaprovechado.

La película entonces se convierte en un policial, en un juego de gato y ratón, en un despliegue técnico en el que se simulan tormentas y fuegos arrasadores, en un marco natural increíble. Tan increíble como las actuaciones en general, exageradas y nada naturales.

Finn Little, es el nombre a seguir, un pibe de pocos años que sabe cómo llorar, y cómo conmover. Hay que seguirlo.

Nada por aquí, nada por allá.


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