The honourable woman

The honourable woman

8 capítulos de gran belleza visual y narrativa, una historia compleja, en la zona del eterno conflicto, verla en estos días ayuda a entender un poco de las noticias de los bombardeos televisados. 


8 Butacas



Es producción de BBC, es de 2014, la tuvo HBO y ahora está disponible en Flow. Pero esos son datos, lo más interesante de esta miniserie de 8 capítulos es el impacto que produce verla, la intimidad que logra con el que la está mirando, lo delicado de la historia que se inserta en una historia mucho mayor de tensión permanente y lo sofisticado de los personajes.

Para ayudarnos, estamos en medio oriente, y la historia se desarrolla en los territorios en pugna hoy, Israel, Franja de Gaza y Palestina.

Una empresa familiar, el Grupo Stein, de origen judío, trabaja en ambos lados, intenta, con sus negocios, su cintura y su diplomacia empresarial, llegar a ambos lados con contratos, con desarrollo de negocios, algunas veces beneficiando a unos y otras veces a otros.

Vemos eso en la superficie, no sabemos qué es lo que realmente sucede en los sótanos de esa empresa. Solo sabemos que un día, el patriarca es asesinado frente a su hijo y su hija, en un comedor.

De ahí el salto temporal nos lleva a la vida de empresaria solitaria de Nessa Stein (una interpretación magnífica de Maggie Gyllenhaal) que lleva adelante el emporio familiar tomando riesgos, poniendo el cuerpo con decisiones complejas y jugadas, y llevando adelante una política que mezcla negocios con una moral de hierro.

Pero a medida que la historia se desarrolla, en aceitadísimos saltos en el tiempo, a manera de flashbacks de gran contenido, vamos descubriendo que esos negocios cuando estuvieron bajo el mando de su hermano no fueron tan como ella hubiera querido, que se hicieron algunas cosas que se involucraron con temas políticos e ideológicos, y que eso tendrá consecuencias.

La trama entonces se vuelve adictiva, todo desarrollado en tono sutil y con el telón de fondo de un buen desarrollo novelesco, del tipo novela de espías, con el MI6, el Mossad, los servicios Palestinos y la CIA involucrados en un juego de tres y hasta a veces 4 bandas.

Pero toda esta historia fluye, no se enrosca en innecesarias complicaciones, podemos seguir esos encuentros de espías en los que se recriminan cosas, y desde ahí construir una interpretación de los hechos.

El otro acierto de esta buena serie son las interpretaciones, el reparto y lo creíble que resulta todo.

Desde el espía británico que compone el excepcional Stephen Rea, el hermano de Nessa, su esposa, el resto de los agentes, el empresario amigo del padre de los Stein y el personaje que es la contracara paciente y compleja del personaje femenino, una interprete que compone Lubna Azabal, que es nacida en la franja de Gaza, que cae presa con Nessa y que se convierte en un personaje central en la segunda parte de la historia. De gran sensualidad y complejidad a la hora de descubrir sus múltiples facetas.

Todo está contado en un tono sutil, con las dosis de violencia (es una historia que se desarrolla en un entorno violento) justa, con personajes interesantisimos que se van revelando cada vez más interesantes, con una historia de fondo que vamos comprendiendo de manera muy significativa, porque llega de la mano de cosas cotidianas, que no están metidas en el relato con esfuerzo, sino que discurren alumbrando lo mejor de la historia.

En estos días en los que la TV nos trae imágenes de bombas y misiles, esta historia nos ayuda a entender un poco más de dónde viene tanta violencia y tanto odio, lo que anida en los que llevan adelante las medidas más extremas, los que son capaces de ordenar que sus soldados hagan las atrocidades más grandes.

Un relato que tiene unos años, pero que es asombrosamente actual y no nos impone ninguna mirada moral, solo nos cuenta, con el pretexto de contar la vida de una empresa y su familia accionista, un entorno marcado por la violencia ideológica y política.

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