Una casa sin cortinas

Una casa sin cortinas

Y una mujer enigmática, que los años agrisaron aún más. No recordamos su voz, no recordamos sus discursos, solo retazos de un minué bailado en lo más alto de la política nacional. María Estela Martínez, Isabel.


6 Butacas



Este documental tiene un ingrediente interesante, a la manera de los documentales de Polo (Fabián Polosecki) hay un aire a policial, a investigación que se topa con cosas no dichas, con gente que esconde, y eso está muy bueno, porque no se va a construir solo de testimonios (caprichosa la lista pero muy interesante) que dejarían bastante mal parada a Isabelita, sino que irá a buscar fotos, películas, otros detalles que a priori no serían tan relevantes y terminan siendo.

Isabel es un misterio y un dato bastante inexplicable y hasta parecería que vergonzante en la historia de ese peronismo heroico de los años de la resistencia y la vuelta.

Pero había un rol, había un juego que ella jugaba cumpliendo órdenes de su marido el General, que está muy bien explicado en la película.

Es cierto, se encuentra con la presidencia ante la muerte del ícono, es joven, pero no está preparada para eso, lo que será suplido por los tenebrosos miembros de ese entorno embrujado.

La película recorre varios pasillos, artistas que la siguieron, peronistas que intentan explicarla desde la izquierda y desde la derecha, que le rescatan su ostracismo como un hecho político interesante, cuando casi todos ellos hubieran vuelto para cobrar algo, seguro, ella prefirió el exilio en Madrid.

La lista se va nutriendo de personajes que la rodearon, la conocieron mucho o poco, la olfatearon y estuvieron de alguna manera relacionados, como: la actriz Haydée Padilla y Eva Gatica (ambas muy cercanas en lo afectivo), la artista plástica Marcia Schvartz (que dedicó muchas obras a su figura), políticos y sindicalistas como Carlos Ruckauf y Osvaldo Papaleo (formaron parte de su gabinete), Juan Manuel Abal Medina, Nilda Garré, Oraldo Britos, Juan Carlos Dante Gullo, Carlos Corach o Hugo Curto, su apoderado legal Humberto Linares Fontaine, su asesor financiero Alfredo García Serrano, sus ocasionales abogados Juan Gabriel Labaké y Atilio Neira, su asistenta Maria Keuchakian o el vidente Octavio Aceves, que en los últimos años se convirtió en su confidente.

Todos aportan algo, casi todos parece que a desgano "no puedo decir esto o aquello" pero entre todos hacen una sinfonía interesante.

En definitiva, un buen documental para mostrarnos algo de esa mujer que consiguió (sin preparación, sin vocación creemos) lo que no pudo conseguir Evita, ser vicepresidente de la Nación y presidente ante el fallecimiento del líder.

Hacia el final, el momento de suspenso que desarrolla de manera deliberada cuando el equipo de filmación va al encuentro de su casa, para ver si pueden de esa manera entrevistarla, ya que había declinado hacerlo por carta, y aunque sea lograr alguna imagen de Isabel a los 90 años, sin lograrlo, es muy acorde al desarrollo del documental.

Quizá es desprolijo en la edición, por momentos marea.

Es bueno, tiene varios guiños, es un personaje interesante y poco visitado (olvidado hoy, su última vez en el País ya va a cumplir 40 años) contradictorio y protagonista de los años más violentos de la historia.

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