Licorice Pizza

Licorice Pizza

Encontrar el amor y no soltarlo, cachetes rojos y la sensación que todo puede ocurrir, en cualquier esquina, una historia de amor como se filmaba antes, hace muchos años.


8 Butacas



Se acuerdan de Melody? Aquella película de los años 70 que enamoró a todos. Eran otros tiempos, había tiempo para contar historias, y las esperábamos con ansias, entonces una historia de amor que solo quería contar eso, una historia de amor, nos atrapaba.

En esta nueva película de Paul Thomas Anderson hay un poco de eso, de para un poco el mundo y meternos de lleno en una historia de amor que, a pesar de la diferencia de edad de los enamorados, nos mete de cabeza en esos sentimientos, las frustraciones, el encuentro de dos personas que vamos a ir descubriendo y queriendo a lo largo del relato. Pero claro, para que nos dejemos llevar sin distracciones, será necesario que nos traslademos a esa zona de California adonde transcurre, antes de la llegada de las empresas tecnológicas y la rezonificación, cuando vivir allí auguraba una aventura en cada esquina, y en donde la puesta de sol abría camino a noches movidas.

Hay de todo, humor muy absurdo, acción (de la mano de un inesperado Sean Penn) y romanticismo sin temor al ridículo. Hay drama, y hay a la vez, lo que es uno de los rasgos más interesantes de la película, mucha dulzura.

Cooper Hoffman (hijo de un actor que todavía extraño, Philip Seymoru Hoffman, que trabajó mucho con el director) y Alana Haim, los dos debutantes y los dos increíbles en sus roles, son la pareja protagónica y absoluta de la historia.

Gary, el personaje de Coopper, es un quinceañero canchero, muy despierto al que le gusta la plata y sabe cómo ganarse la vida haciendo lo que haya que hacer, desde vender colchones de agua hasta crear el "Palacio del Flipper", conoce a Alana el día que le van a sacar su foto para el álbun del colegio.

La ve y queda flechado, le dice que es la mujer con la que se va a casar, y la invita a salir. Alana tiene 25, no lo toma en serio, pero poco a poco se va a ir acercando a su vida, a acompañarlo en sus aventuras comerciales y en las decisiones que va tomando, hasta que se pondrán tan cerca como sea posible.

Los mundos de ambos se irán cruzando, apartando y acercando con historias que se van a ir ramificando, todas divertidas, algunas más bizarras, pero todas igualmente atractivas.

Ellos dos son protagonistas cómodos de la historia, como si hubieran actuado toda la vida, y no notásemos que es su debut.

Alana actúa con sus hermanas en la vida, real, las tres tienen una banda indy que conoce bien el director ya que ha sido el realizador de varios de sus videos musicales, pero lo que ella logra en pantalla es increíble, es magnética, tiene un timing para la comedia y a la vez para la ternura que es poco habitual, además de un rostro y figura muy exóticas.

Se atraerán, se intentarán enamorar de otros para alejarse, se alejarán lo más que pueden, pero como dice Cortázar, sabiendo que andan para encontrarse.

Gary es adolescente, pero no se nota, tiene una madurez impropia, que hace que todos lo tomen en serio, y Alana tiene una candidez y una desorientación en su madurez que la hace vulnerable.

La banda de sonido es increíble, nos ayuda a ponernos en tiempo y espacio, lo mismo que los acontecimientos políticos y económicos de la época, que sirven solo como telón de fondo y a los fines narrativos.

También las apariciones especiales, Sean Penn, Bradley Cooper, Tom Waits, entre otros.

Ellos corren, corren muchas veces en la película, siempre para encontrarse, para ir a su destino, para que viva el amor y la búsqueda

Comentarios

Entradas populares