Mamá se fue de casa

Mamá se fue de casa

El formato de comedia de enredos familiares, que tan bien y tan buenos resultados le ha dado a Hollywood, en adaptación criolla, correcta y con pinta de saga.


6 Butacas




La clave de la película, además de la destreza del director Ariel Winograd, es el elenco.
No solo Peretti y Peterson, que son dos excelentes intérpretes, sino los 4 niños que componen la familia ideal, la de Victor Garbo y Vera, su esposa.

La rutina de las familias numerosas, un poco de caos a la mañana, todos a lo suyo, papá gerente de recursos humanos de una cadena de supermercados, mamá abogada, que dejó de trabajar unos años para criar a los chicos y dedicarse a ellos, perro, doméstica, camioneta, y todo lo que podríamos encasillar en la familia ideal.

Todo funciona en esos ratos compartidos, porque hay algo que lo hace encajar, funcionar, en los momentos en que no están en la casa.

Vera se va un día de vacaciones, y todo se desmorona con la velocidad de un rayo.

Al estilo de la saga "Más barato por docena" que tanta taquilla y buenos resultados le dio a la industria norteamericana, el intento argentino es interesante y también ha sido exitoso.

Es una de las películas más taquilleras de los últimos años y no reclama nada más que reconocimiento por lo efectiva y por lo bien desarrollada.

Las actuaciones son correctas, los gags son limitados pero efectivos, los personajes se desarrollan bien y con historias paralelas interesantes y el nudo central se desata en unos minutos caóticos y entrañables al final.

¿Qué más le pedimos al entretenimiento?

Lo que marca una diferencia esencial con otras producciones similares, que es un salto de calidad muy interesante, es el elenco, y en particular los 4 chicos que componen la familia, desde adolescentes a bebés, son todos sólidos, buenos y aportan matices a la trama.

Es el principal hallazgo de una comedia tierna y ágil.

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