Mark Felt
Mark Felt (el informante)
Unos minutos en el centro de la caída de Richard Nixon, el caso Watergate, aunque revisado en varias películas, en este caso, desde la mirada del famoso "garganta profunda" actor clave del proceso de filtración de la historia al Washington Post.
Hemos visto esta historia muchas veces, las que vinieron antes (The Post) y después (todo Vietnam) pero no deja de fascinarnos, de llenarnos de datos y de épica de las convicciones y de revelaciones.
Es que si bien los buenos y los malos están más o menos en claro, los buenos los periodistas Woodward y Bernstein, los malos, Nixon y sus consejeros, pocas veces reparamos en el factor desencadenante, el que hizo posible que la historia se conociera, el mítico garganta profunda, como se lo conoció por entonces para resguardo de la fuente.
En esta película el director, Peter Landesman, que es buen buen narrador de hechos reales hechos ficción (Concusión y Parkland son dos buenos ejemplos) se hace foco en Mark Felt, el número dos de un FBI demasiado hecho a la medida de su mítico director Edgard Hoover, que resiste estoicamente un embate fuerte de una administración que no soporta su independencia y quiere a toda costa disciplinarlo, y que ante la muerte de Hoover se lanza en una carrera sin control por ese tesoro de datos no dichos e investigaciones históricas.
Ese número dos que era un sobrio agente demasiado apegado a las reglas de la casa, sufre por partida doble o triple, sufre porque no será él el elegido para suceder al viejo Hoover, y sufre al ver que el Poder Ejecutivo avanza con lo peor que tiene sobre ese agencia, para hacerla trabajar para lo más oscuro de la administración.
No lo soporta, no lo tolera, y encuentra un camino muy sinuoso pero efectivo al convertirse en el informante clave para la caída sin precedentes de un presidente.
Mucho tiempo en el anonimato, unos 20 años después de los hechos, decide contar u revelar lo hecho en una revista de gran tirada.
Liam Neeson es una correcta elección para encarnar a Felt, y la historia es de una corrección envidiable.
Para los estudiosos, los curiosos, los historiadores de esos hechos tan complejos, una película obligatoria.
Para el resto, un relato entretenido.
Unos minutos en el centro de la caída de Richard Nixon, el caso Watergate, aunque revisado en varias películas, en este caso, desde la mirada del famoso "garganta profunda" actor clave del proceso de filtración de la historia al Washington Post.
6 Butacas
Hemos visto esta historia muchas veces, las que vinieron antes (The Post) y después (todo Vietnam) pero no deja de fascinarnos, de llenarnos de datos y de épica de las convicciones y de revelaciones.
Es que si bien los buenos y los malos están más o menos en claro, los buenos los periodistas Woodward y Bernstein, los malos, Nixon y sus consejeros, pocas veces reparamos en el factor desencadenante, el que hizo posible que la historia se conociera, el mítico garganta profunda, como se lo conoció por entonces para resguardo de la fuente.
En esta película el director, Peter Landesman, que es buen buen narrador de hechos reales hechos ficción (Concusión y Parkland son dos buenos ejemplos) se hace foco en Mark Felt, el número dos de un FBI demasiado hecho a la medida de su mítico director Edgard Hoover, que resiste estoicamente un embate fuerte de una administración que no soporta su independencia y quiere a toda costa disciplinarlo, y que ante la muerte de Hoover se lanza en una carrera sin control por ese tesoro de datos no dichos e investigaciones históricas.
Ese número dos que era un sobrio agente demasiado apegado a las reglas de la casa, sufre por partida doble o triple, sufre porque no será él el elegido para suceder al viejo Hoover, y sufre al ver que el Poder Ejecutivo avanza con lo peor que tiene sobre ese agencia, para hacerla trabajar para lo más oscuro de la administración.
No lo soporta, no lo tolera, y encuentra un camino muy sinuoso pero efectivo al convertirse en el informante clave para la caída sin precedentes de un presidente.
Mucho tiempo en el anonimato, unos 20 años después de los hechos, decide contar u revelar lo hecho en una revista de gran tirada.
Liam Neeson es una correcta elección para encarnar a Felt, y la historia es de una corrección envidiable.
Para los estudiosos, los curiosos, los historiadores de esos hechos tan complejos, una película obligatoria.
Para el resto, un relato entretenido.
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