First Man

First man

La fascinación de las historias de astronautas, y en especial de ese primer viaje a la luna del Apolo 11 contada en primera persona, pero con falencias. Y falta de eso que te hace levantar de la butaca.


4 Butacas



Damien Chapelle, el galardonado director de La La land, vuelve a su actor fetiche Ryan Gosling  pero esta vez toma un libro (no se aguantará y a pesar que no hay motivos, lo hará bailar, a lo Travolta que tiene que bailotear en todas sus películas), un libro fuerte, nada menos que un documentado trabajo sobre la vida y las circunstancias de aquél ídolo de la humanidad, que se convirtió en el primer hombre en pisar el suelo del satélite de nuestro planeta.

Neil Armstrong fue el comandante de la misión Apolo 11, que en 1969 completó un trabajo de años y años de tecnología e inversión, carrera espacial que los norteamericanos venían perdiendo con los soviéticos por varios cuerpos, que veían cómo cada uno de sus adelantos se veían realizados antes por equipos de nombre impronunciables.

La historia de Armstrong, su lucha personal y su entorno familiar y de amigos es entonces el foco de este relato largo, por momentos tedioso, que no encuentra nunca en sus dos horas, ni siquiera una cuerda sensible en la cual vibrar. Y eso que los datos de la vida del astronauta son en si mismo un relato de heroísmo y superación a cualquier precio.

Pero el director no lo logra plasmar en el filme.

First mane es entonces un amontonamiento de escenas, precisas, bien hilvanadas, pero que no logran constituir una historia que nos conmueva. Como sería absolutamente previsible en este tipo de cine. En el que los buenos lo logran.

La pareja protagónica no puede ser más taquillera, Gosling y la ascendente Claire Foy (de The Crown) pero tampoco se logra química entre ellos, lo que es un problema, ya que el nudo familiar es muy importante en el desarrollo dramático de la película.

Es una pena, sobre todo para los que éramos chicos en esos años ´70, que pedíamos material a la NASA (que enviaba como si fuera algo mágico, ver llegar a nuestras casas paquetes con el escudo de la agencia espacial, con maquetas, fotos, cartas) y soñábamos quizá con ser astronautas, y que nos apasionamos con esas historias, esta película ni siquiera cuenta de manera atractiva lo que pasó en la luna.

Hay un par de rasgos interesantes, la rigurosidad técnica con la que están filmadas las escenas, la precariedad de esos primeros equipos que enviaban al espacio, y el sonido, las respiraciones de los protagonistas, el cambio al salir de la atmósfera terrestre, los cambios de humor y la conducta del protagonista.

Este director es conocido por su pulcritud y apego a los datos a la hora de filmar, y eso se nota, lo que no logra es un momento de emoción, de heroísmo, de vibración, y en una historia así, es más que necesario.

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