El método Kominsky (Temporada 2)
El método Kominsky (Temporada 2)
Los dos personajes vuelven, más ácidos, más irónicos, más divertidos, más viejos a repasar todos y cada uno de los tabúes, problemas y cansancios de los adultos mayores.
7 Butacas
Es una buena apuesta la aparición de esta segunda temporada. Por muchas razones.
Porque vemos a dos actores veteranos con un enorme genio creativo (podrían no hacer nada más que poner la cara y hacer alguna morisqueta, como Hopkins) para crear a dos personajes entrañables, que no te dejan quieto en la butaca y son capaces de sorprender todo el tiempo.
Porque muestran una amistad a toda prueba, que a pesar de los años mantiene frescura y sinceridad.
Porque los personajes que se van incorporando, además de ser grandísimos intérpretes, recrean un mundo, el de los mayores, sin cuestiones melodramáticas o edulcoradas.
Porque los guiones son geniales.
Porque la duración de los capítulos es ideal.
Porque está la risa, el momento para reflexionar, los problemas, los amigos (que van quedando) y las situaciones más entretenidas, al servicio de una historia simple.
Es una buena diversión, no hay capítulo que no arranque más de una risa.
Los dos personajes vuelven, más ácidos, más irónicos, más divertidos, más viejos a repasar todos y cada uno de los tabúes, problemas y cansancios de los adultos mayores.
7 Butacas
Es una buena apuesta la aparición de esta segunda temporada. Por muchas razones.
Porque vemos a dos actores veteranos con un enorme genio creativo (podrían no hacer nada más que poner la cara y hacer alguna morisqueta, como Hopkins) para crear a dos personajes entrañables, que no te dejan quieto en la butaca y son capaces de sorprender todo el tiempo.
Porque muestran una amistad a toda prueba, que a pesar de los años mantiene frescura y sinceridad.
Porque los personajes que se van incorporando, además de ser grandísimos intérpretes, recrean un mundo, el de los mayores, sin cuestiones melodramáticas o edulcoradas.
Porque los guiones son geniales.
Porque la duración de los capítulos es ideal.
Porque está la risa, el momento para reflexionar, los problemas, los amigos (que van quedando) y las situaciones más entretenidas, al servicio de una historia simple.
Es una buena diversión, no hay capítulo que no arranque más de una risa.
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