The peanut butter falcon
The peanut butter falcon
Road movie acuático, sureño, enmarcado en el calor y los pantanos y el espíritu de Mark Twain.
6 Butacas
Que hace equilibrio todo el tiempo entre el golpe bajo y la historia edulcorada, y eso no es bueno a pesar de construir un relato muy simple pero efectivo.
Zak es un muchacho con síndrome de down que vive bajo tutela del estado ya que no tiene familia, y al no poder ponerlo en lugares acordes a su edad, termina en una casa de acogida de ancianos.
Allí vive sus días con deseos de libertad. Comparte cuarto con un viejo pícaro (nada menos que Bruce Dern) y viendo una y otra vez un VHS de lucha libre, y a su ídolo, Salt Water Redneck.
Tanto lo mira, todos los días, que su obsesión pasa a ser escaparse solo para ir a la escuela de su ídolo, aprender a luchar y ser famoso haciendo sus tomas y sus trucos.
Un día lo logra, se escapa, y comienza la aventura.
Caminando solo en calzoncillos se cruza con un pequeño delincuente también perdido en el mundo, un personaje parco y a la vez sensible que compone Shia LaBeouf, que está huyendo de sus ex compañeros pescadores a los que no solo les robó las langostas y cangrejos que acababan de pescar, sino que les incendió sus aparejos de pesca.
Los dos atrevesarán campo, personajes, increíbles paisajes y se irán conociendo durmiendo como John Wayne al aire libre.
La perseguidora de Zak es su cuidadora, que es la responsable ante el estado por su seguridad y necesita si o si dar con él para volverlo al hogar. La belleza en este caso la aporta Dakota Johnson.
Si, los encontrará. Si, vivirá parte de la aventura con ellos dos. Si, se enamorará de LeBeouf.
Llegarán a la casa del ídolo de la lucha, que está retirado y cerró su escuela pero vuelve por la pasión de Zak, y todo parecerá colapsar al final cuando dan con ellos los pescadores vengadores.
La historia entonces pasa por lugares conocidos, no ahonda en temas que podrían haber resultado interesantes, y se pierde en algunos golpes bajos que parecía que no iban a aparecer en la trama, ya que al comienzo no suceden.
Pero está bien, tiene ternura, buenos actores, una historia simple pero efectiva y buena dirección. Es ideal para Sábados de Súper Acción.
Road movie acuático, sureño, enmarcado en el calor y los pantanos y el espíritu de Mark Twain.
6 Butacas
Que hace equilibrio todo el tiempo entre el golpe bajo y la historia edulcorada, y eso no es bueno a pesar de construir un relato muy simple pero efectivo.
Zak es un muchacho con síndrome de down que vive bajo tutela del estado ya que no tiene familia, y al no poder ponerlo en lugares acordes a su edad, termina en una casa de acogida de ancianos.
Allí vive sus días con deseos de libertad. Comparte cuarto con un viejo pícaro (nada menos que Bruce Dern) y viendo una y otra vez un VHS de lucha libre, y a su ídolo, Salt Water Redneck.
Tanto lo mira, todos los días, que su obsesión pasa a ser escaparse solo para ir a la escuela de su ídolo, aprender a luchar y ser famoso haciendo sus tomas y sus trucos.
Un día lo logra, se escapa, y comienza la aventura.
Caminando solo en calzoncillos se cruza con un pequeño delincuente también perdido en el mundo, un personaje parco y a la vez sensible que compone Shia LaBeouf, que está huyendo de sus ex compañeros pescadores a los que no solo les robó las langostas y cangrejos que acababan de pescar, sino que les incendió sus aparejos de pesca.
Los dos atrevesarán campo, personajes, increíbles paisajes y se irán conociendo durmiendo como John Wayne al aire libre.
La perseguidora de Zak es su cuidadora, que es la responsable ante el estado por su seguridad y necesita si o si dar con él para volverlo al hogar. La belleza en este caso la aporta Dakota Johnson.
Si, los encontrará. Si, vivirá parte de la aventura con ellos dos. Si, se enamorará de LeBeouf.
Llegarán a la casa del ídolo de la lucha, que está retirado y cerró su escuela pero vuelve por la pasión de Zak, y todo parecerá colapsar al final cuando dan con ellos los pescadores vengadores.
La historia entonces pasa por lugares conocidos, no ahonda en temas que podrían haber resultado interesantes, y se pierde en algunos golpes bajos que parecía que no iban a aparecer en la trama, ya que al comienzo no suceden.
Pero está bien, tiene ternura, buenos actores, una historia simple pero efectiva y buena dirección. Es ideal para Sábados de Súper Acción.
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