Araña

Araña

Un hecho violento de los que vemos en el noticiero, un justiciero que corre en auto a un ladrón de carteras y lo aplasta contra un paredón con su auto, es el comienzo prometedor de una película que se cae y levanta varias veces.


4 Butacas

Porque a partir de ese hecho policial vamos a conocer a Gerardo, un viejo cabrón y militante (nos vamos enterando) de derecha y combatiente. Lo conocemos a él, y a los pocos minutos conocemos a Inés y a Justo (Inés interpretada por Mercedes Morán) que como si hubieran vivido en Países diferentes, son prósperos empresarios y abogados.

Un hecho entonces, nos insinúa que hay una historia detrás de ellos, una historia que se irá contando con flashbacks y que queda demasiado evidente en las imágenes.

Los tres, antes de ser lo que son hoy, fueron jóvenes militantes en los convulsionados 70, pero lo hicieron no desde la izquierda revolucionaria sino desde la derecha más salvaje.

Como la antesala del pinochetismo.

Militaron, tuvieron sus momentos de heroísmo, de violencia, se amaron, tuvieron un triángulo amoroso y separaron sus vidas después de un hecho de violencia extrema y un desacuerdo entre ellos, muy brutal y cínico.

Por eso la aparición de Gerardo no presagia nada bueno.

Porque va por cosas que quedaron truncas, porque el matrimonio de Inés y Justo (él ahora muy perdido y alcohólico) está prendido con alfileres y mucha pose social, pero sobre todo, porque lo que quedó trunco es potente, es una traición y un amor a medio camino.

Esa es la historia que se intenta contar, y está buena, queremos ver cómo saldan en el presente (tan distinto) las cosas que quedaron tan truncas en el pasado, cuando eran otros. Pero lamentablemente no pasa.

El relato se pierde en situaciones poco claras, en morosidades que hacen que nos aburramos y busquemos distracción, en algunas cosas demasiado obvias y otras demasiado sugeridas. No es un trámite normal, fluido.

Lo que está muy bien son los papeles de los protagonistas de jóvenes, muy bien caracterizados y sobre todo en el caso de la Inés joven, que es interpretada por la bellísima María Valverde, española y para seguir. Quizá lo mejor de la película.

Morán está bien, hace rato que sabemos que puede interpretar bien todo lo que le ponemos adelante, pero su acento no es creíble, es fingido siempre, muy impuesto, y va a detrimento de su papel.

Sus temas sexuales irresueltos también son un elemento de distracción en una trama que bien podría haberse enfocado en el tema político, en el tema social, en la evolución tan predeterminada de los personajes, pero no, se quieren contar tantas que cosas que no se termina contando bien ninguna.

Además el trámite es demasiado lento siempre, y los diálogos son un tanto forzados.

Revisionismo, historias inconclusas, la película pretende saldar demasiadas cuentas y nos deja a mitad de camino de todas.

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