Perry Mason

Perry Mason

Enmarcada en esa crisis de contenidos que tiene la industria norteamericana, que muy seguido tiene que recurrir a viejos éxitos para reinventarlos, revisarlos y traerlos al presente, Perry Mason es un buen hallazgo.




7 Butacas

En varios frentes, el primero una deliciosa ambientación que nos sitúa en los comienzos de los años 30 en la costa oeste de Estados Unidos. Todo es opuestos, esplendor y miseria, inmigración y etnias que se mezclan, glamour y trajes gastados.

En ese entorno nos presentan a un viejo abogado, clásico, de gran estilo pero cuyo mejor momento ya pasó (buena interpretación de John Lithgow) que tiene entre sus ayudantes a Perry Mason, un ex soldado que pasó por las peores cosas en el frente europeo en la Gran Guerra, y ahora trabaja de investigador asociado para el estudio.

Este PM se parece poco al recordado Raymond Burr, el de la serie televisiva que disfrutamos en los años 70. Pero tiene algunas particularidades que nos hacen quererlo enseguida.

Es desalineado, es franco y directo, puede moverse en todos los ambientes, tiene vicios, y es interpretado por un ascendente Matthew Rhys, que le da todos los matices posibles al personaje. Por las secuelas de guerra, por su matrimonio roto, por sus tristezas internas y sus desvíos, por su acidez con la que mira la vida.

Cuando al estudio llega un caso de altísimo perfil, el secuestro y posterior asesinato de un nene de 2 años, todo es confusión y todo es atención mediática. Demasiado para el viejo abogado, que no puede con todo y termina con su vida.

Ese hecho, que podría haber significado el final, es para PM el comienzo, la otra socia del estudio lo convence de dar el examen para abogado (eran otras épocas) y ahí lo tenemos, enfrentando el primer caso de su vida contra todos, la sociedad que ya descontaba una condena segura para la madre del bebé, la prensa, el sistema judicial.

Pero seguirá adelante y con su desempeño, fundará un estudio con gran potencial.

El personaje está basado en las mismas novelas que dieron origen a la serie de los años 60, escritas por Erle Stanley Gardner en 1933.

Este icónico abogado que sólo perdió un juicio (El caso del veredicto mortal) en sus 80 novelas y 271 episodios canónicos que discurrieron entre 1957 y 1966, está de vuelta, de una manera imprevista, pero de vuelta.

Para los seguidores de aquella serie, esto es una traición, ya que este personaje, esta atmósfera, no tienen nada que ver con aquello. Ese Mason era un tipo implacable, astuto, pero sobre todas las cosas, del lado de la ley siempre. 

Este en cambio, no tenemos esa certeza, es más, nos preguntamos varias veces si ser abogado y defender a veces lo indefendible es lo que realmente quería.

Pero nadie se acuerda de aquellas glorias, y esta nueva chance que trae HBO parece interesante, al menos para empezar de nuevo.


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