The lost daughter

The lost daughter

Es el debut como directora de una actriz jugada, Maggie Gyllenhaal, y es un buen debut, aunque la historia la elije contar para una minoría. Necesita de una predisposición y un clima que hay que estar muy preparado para disfrutarlo.



5 Butacas



Leda es una profesora inglesa de literatura comparada, con italiano, una estudiosa que va a pasar sola unas vacaciones en una playa griega. Sabemos poco de ella, hay muchos silencios y momentos introspectivos pintados con una música que nos pone en clima.

En ese lugar en el que nada debería pasar, de pronto la tranquilidad se tuerce con la llegada de una familia griega muy disfuncional, ruidosa y metida, que le va a alterar a Leda la vacación perfecta y los planes de escribir y leer.

No sabemos nada de ella, lo iremos descubriendo muy de a poco, cuando las cosas que le van sucediendo van generando reacciones poco usuales, complejas, exageradas, y vayamos reconstruyendo esa vida desde la juventud con flashbacks explícitos.

Ese es quizá un punto flojo e cómo elige contar la historia la directora, el balance de flashbacks es a veces más importante que la acción en la actualidad, lo que hace perder un poco de vista lo que originó determinadas reacciones de la protagonista.

Como la mirada anterior se basa fundamentalmente en una época de la vida clave para Leda, cuando era joven y sus hijas eran pequeñas, y esa etapa está interpretada por otra actriz, hay momentos en los que perdemos de vista cuál es la historia que estamos viendo.

Lo que si es logrado es el hecho de que Leda es desconcertante, no sabe por qué hace lo que hace ni por qué hizo lo que hizo, y ese misterio no se revela en ningún momento, como si fuera que ella no se lo puede explicar a si misma.

Esa familia expansiva y maleducada hará que todo en su plan se trastoque, y que le surjan esos arrebatos raros que la sacan de su tranquilidad y la vuelven a meter en sus recuerdos y sus acciones del pasado.

Entre los miembros de esa familia complicada y expansiva esta Dakota Johnson, y su pequeña hija, que de inmediato serán el centro de la atención de Leda, no sabremos muy bien por qué hasta que los flashbacks, o historia en paralelo, nos lleven su propia juventud con sus hijas pegajosas, y la cárcel que esa situación implicó para sus sueños y sus planes.

La calve de esta película es sin dudas Olivia Colman, otra vez en un rol increíble, que es capaz de componer un personaje que es omnipresente en la historia, que es ambiguo, que parece que va a explotar, que es torpe y a la vez tiene una dosis de malicia incomprensible.

Que fue capaz de hacer cosas durísimas con su propia vida, y que en realidad no sabe bien por qué lo hizo.

Todo eso es lo que tiene que interpretar Colman, y lo hace con una solvencia absoluta y con maestría.

La película es intensa, desconcierta, es muy para adultos, y es muy literaria, está basada en una novela muy vendida, y casi diría que la traducción cinematográfica es literal.

Pero para el cine resulta lenta y por momentos desconcertante.



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