El oso

El oso

Un duelo, un vértigo incesante, una cocina de un restaurante familiar en la periferia de Chicago y una historia de familia, de dolor y de excesos bien contada y muy bien actuada.



8 Butacas



No es poco para una serie.

El oso es una serie furiosa, de las que no dan respiro, y es todo un tema porque transcurre buena parte en el interior de la cocina de un restaurante de barrio en Chicago. Pero es tan intenso lo que pasa ahí adentro, tan potente, que nos hace ponernos al borde de la silla y en varias ocasiones bajar el volúmen, porque las canciones que acompañan ese frenesí de concinar contra reloj nos pone nerviososo.

Carmen (es nombre de varón) es un chef moderno, curioso, atrevido, que tocó la cima hace muy poco cocinando en el mejor restaurante del mundo y logrando reconocimiento a pesar de su juventud.

Un mundo de violencia casi, el de los chefs exigentes, no para cualquiera ciertamente, por la presión y la carrera contra el tiempo y la exigencia a la que stán sometidos los buenos.

Pero no lo vemos ahí a Carmen, vemos ese paso suyo por las grandes ligas a partir de recortes de diarios, de libros, pero ahora lo vemos en el restaurante familiar que le legó su hermano que acaba de fallecer.

Alejado de la familia, tiene que volver a hacerse cargo de ese lugar al que su hermano no lo dejaba entrar, y ponerlo de nuevo en funcionamiento.

Allí están todos los empleados que tenía Mike (el hermano) y un primo que trabaja con ellos, más una empleada nueva que se suma.

Pero todo es un caos, pésimamente adminitrado, al borde siempre de quebrar y haciendo malabares para que los proveedores todavía le manden cosas.

Esa llegada a ese lugar que le es tan familiar y tan ajeno se cuenta en rock and roll, en escénas frenéticas muy bien dirigidas, y con una banda de sonido que lo expresa todo.

Carmen tendrá que acostumbrarse a los platitos en el aire y al equilibrio.

Les va a enseñar a trabajar a todos como en un restaurante de verdad, a pesar de la resistencia de "nosotros acá lo hacemos de esta manera", se las verá con los probelmas económicos que dejó el hermano, con sus propias adicciones y fantasmas, y con las relaciones que encuentra o reencuentra después de faltar tantos años.

Pero también tendrá que procesar el duelo, y sobre todo, recostruir la imagen de ese hermano mayor al que adoraba pero que lo terminó empujando de su vida y al que ahora intenta recostruir a partir de sus viejos empleados, y las cosas que ha dejado como impronta en ese negocio familiar.

Es una propuesta muy interesante, de lo mejor que se puede ver ahora. Porque es tierna, a la vez frenética, porque nos cuenta la historia desde una cocina, algo nada habitual, y porque es una historia de lazos familiares, de cosas no dichas y de frustraciones.

Todo lo que se pueda romper se va a romper, todo lo que pueda salir mal, saldrá mal, y aún así se las arreglarán para ofenderse y perdonarse, para tratarse mal y con dulzura, para entenderse y para abrazarse.

8 episodios de alto voltaje emocional, con una interpretación descollante, Jeremy Allen White como Carmen Berzatto, una especie de joven Dustin Hoffman y Sean Penn en su mejor momento (si lo tuvo).

Es una profunda reflexión sobre los lazos familiares, las cuentas pendientes y los afectos en un mundo, el de los cocineros de élite, que parece que nada tiene que ver con todo eso.

Comentarios

Entradas populares