Your Honor (Season 2)

Your Honor (Season 2)

La segunda temporada de este drama intrigante viene más oscura y densa, gentes de bien que tienen que andar por los márgenes sin conocer el lenguaje ni los códigos. Cuando todo da lo mismo, el Juez Desiato va a fondo.


7 Butacas



Cuando todo parecía final y desesperado, el Juez Desiato (Bryan Cranston sensacional) acaba de ver morir a su hijo en la última escena de la serie, después de haberse embarcado con él en un calvario solo para salvarlo, esta segunda temporada es un nuevo comienzo para el personaje, pero mucho más ominoso.

Está preso, se deja morir, no come, no tiene motivos para estar ahí afuera, hasta que la fiscalía lo deja libre, lo excarcela con la condición que los ayude a terminar con el imperio Baxter (la familia mafiosa con la que se ve involucrado en la primera temporada).

No tiene mucho margen para resistir al pedido, vuelve a casa de su suegra, consigue un trabajo menor, y pasa sus días siendo reconocido por gente a la que ayudó cuando era juez, una especie de juez bueno, algo garantista.

Es Nueva Orleáns y todo es oscuridad.

Hay dos bandas disputándose todo, sobre todo la droga, y por la trama de la primera temporada, él tiene vínculo o cercanía con ambos universos.

Se cruzan varias historias en esta segunda parte, al pedido de colaboración de la fiscalía, se le suman todos los equilibrios del encubrimiento de la primera parte, que de a poco se van desbaratando, dejando al descubierto una cantidad importante de tramas no cerradas. 

Pero también una alegría, que se convierte en el único momento de felicidad plena del personaje: La novia de su hijo ultimado, Fia, hija de Baxter, fue mamá, y ese nieto pasa a ser un engranaje importante en la vida y en las decisiones que irá tomando.

Es un buen guión, y sobre todo son muy buenas actuaciones las que sostienen esta serie tan interesante y distinta.

Cranston, Michael Stuhlbarg como Jimmy Baxter, Hope Davis como su despiadada esposa, son el pilar interpretativo de enorme solvencia para sostener una trama que va dando vuelcos y saltos creativos y violentos.

Habrá, además de sordidez y algo de morosidad, un trasfondo de lucha por el poder (el mejor amigo del juez ahora es el alcalde) y por el territorio que nos conmueven por su veracidad.

En medio de ese charco, siempre sombrío y con casi la totalidad de las escenas de noche, un tipo sano, normal, se ve metido en un mundo que solo conocía a partir de las historias de vida de la gente que llegaba a su juzgado, una marginalidad que no había transitado y a la que se metió de lleno por salvar a su hijo.

En la primera temporada todo tiene que ver con el encubrimiento, con ir urdiendo mentira sobre mentira para salvar a un hijo, en la segunda, esas historias se irán desatando, se irán desentrañando, dejando a los personajes al desnudo.

Es una buena serie, que se disfruta a pesar de lo sórdido y lo incómodo de la historia.

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