Casi muerta

Casi muerta

Una de esas comedias que intuimos que vamos a volver a ver hecha por españoles o italianos. Humor levemente negro con dos pilares, dirección y actuaciones, pero que no logra mantenerse a flote.


4 Butacas



La historia es interesante, una mujer de mediana edad tiene un accidente coronario y le diagnostican poca sobrevida.

Es soltera, y muy cercana a sus amigos de la infancia, de toda la vida. Uno de ellos vive en Uruguay, le va bien allá, tiene una vida tranquila y una novia, pero al recibir el llamado de Buenos Aires no duda que tiene que volver, para acompañarla en sus últimas semanas.

Natalia Oreiro (ideal para estos papeles aunque ya le comienzan a quedar algo incómodos, porque le exigen cosas de adolescente que ya no es) es María, la enferma terminal, y Diego Velázquez es Javi, el amigo que al venir desata el temporal.

Siemre estuvieron enamorados, siempre se quisieron, pero hicieron vidas cada uno por su lado sin confesárselo.

Es el momento, ahora o nunca, de vivir esos últimos días enamorados.

Paola Barrientos y Ariel Staltari son los otros dos amigos, cada uno con sus características especiales, que completan la pandilla.

La comedia está bien construida, las actuaciones son buenas, Staltari sobre todo, con un Velázquez que pasa bien la prueba de la comedia (siempre lo hemos visto en roles complejos y dramáticos).

La dirección es muy buena, es la segunda dirigida por Fernán Mirás, con detalles de cámara y ángulos y enfoques muy buenos para mantener el tono de la comdia, pero donde la historia no hace pié es en los climas.

Se pasa de la euforia al bajón desmasiado rápido, sin intermedios, hay silencios que son incómodos en la trama y quizá eso tiene que ver con transiciones que el guión no resuelve del todo bien.

Vamos a divertirnos con momentos, pero nos vamos a distraer en otros, y eso no es nada bueno para sostener el clima.

No es género habitual en el cine nacional, la comedia negra tiene sus cánones y está bueno que se le animen.

Es decir, es un buen intento, que nos hace pasar un buen rato, que no pretende ser original en nada y deja quizá algunas pistas abiertas, como por ejemplo no explota eso de la "bucket list", las cosas que hacer antes de morir, que le podría haber dejado alguna buena escena con comicidad física.

Recurre más a lo dialéctico que a lo gestual, y eso se sostiene pero es difícil hacerlo todo el tiempo.


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