No hard feelings

No hard feelings

El cine norteamericano visita cada tanto estas comedias de relaciones desparejas, de debutantes, de amores imposibles. Una Jennifer Lawrence (hinchada) que sabe también de comedias.


5 Butacas



Hay que decir que esta parece ser una comedia fuera de época, más próxima en su factura y en su historia a las épocas de las comedias sexuales, levemente atrevidas de los ochenta, que a la corrección de estos días, que inhibe tocar muchos temas para no ofender.

Cuando esa intención se plasma con la participación de una estrella, la Lawrence lo es, la combinación es algo que queremos ver.

Ella es Maddie Baker, vive en Montauk (ese lugar perfecto que durante una ápoca del año se convierte en un caos por los vernaeantes ricachones) una camarera que complementa con Uber sus magros ingresos, siempre al bore de la quiebra y de perder la casa que su madre le ha heredado.

Es un desastre.

Todo a su alrededor es caótico y la falta de dinero hace el resto.

Sin aliento, acaba de perder su auto por deudas (se lo lleva con su grúa uno más de la larga lista de sus ex novios) y los sobres con avisos de embargo se le acumulan en la puerta.

Responde un aviso, de una de esas familias que veranean en esas mansiones, que piden a una chica (ella ya tiene casi 40) para que ayude a su hijo que está por ir a la universidad, a sacarse la timidez (no quieren que tengan relaciones, pero lo ininúan, porque si bien entienden que no es gay, porque han revisado su historial de búsquedas en Google, algo no anda bien con él), es demasiado para adentro, no hace otra cosa que estar con el teléfono, no sale con chicas, y eso cuando se vaya de casa va a ser un condicionante.

Maddie acepta, tiene que forzar un poco la cosa porque no tiene la edad, pero la recompensa es un auto, un viejo auto recién puesto a nuevo, que la va a ayudar a seguir con su trabajo de Uber.

Percy, el hijo de 19 en cuestión, no sospecha que sus padres estarán detrás de esa movida.

Y Maddie desplegará todo su arsenal de seducción para atraparlo.

No va a ser fácil, y las cosas entre ellos tendrán los momentos de incomodidad y de comedia justos.

JL está deshinibida en este rol. Le sale bien la comedia, no tiene las ataduras de ser una actriz de ninguna franquicia y no nos quiere hacer conmover, solo quiere que nos riamos y que nos enternezcamos con esa historia.

Es osada en el papel, de hecho juega una escena totalmente desnuda en la playa que requiere de cierta osadía para su estarura de estrella, y lo hace bien.

Ellos dos, sobre todo por ellos dos, sostienen una película que sin esa química hubiera sido aburrida. Los chistes y el guión en general no son buenos, pero en sus interpretaciones funciona muy bien.

Van llevando esa relación, ella va cambiando en el transcurso de la historia, el pasa del enamoramiento a la ira, cuando descubre que sus padres tuvieron que ver con la patraña, y las cosas que no tienen que salir bien, no lo harán, no fuerza nada.

Montauk es mágico, se puede ambientar cualquier historia ahí que ya tiene un plus que la hará funcionar.

La Lawrence se le anima a la comedia física, a la ironía, a pasar del encanto y la seducción a la torpeza más absoluta.

Pero nunca vamos a tener carcajadas, siempre una sonrisa.


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