Indiana Jones and the Dial of Destiny (o Indiy 5)

Indiana Jones and the Dial of Destiny (o Indy 5)

Yo las esperaba, sabía de antemano que iban a ser dos horas a puro movimiento en la butaca y que nada podía pasarle al Dr. Jones. Pero llega el ocaso, todos estamos más grandes, y esta despedida no fue como la esperaba.




4 Butacas



No tengo problema con que el personaje sea hoy más grande que el personaje de su padre (encarnado por Sean Connery) ni que los movimientos sean más lentos, más medidos, el problema lo tuve con la historia.

Esta quinta entrega es todo nostalgia, ese es el tono general, pero con la nostalgia sola no hacemos una película, necesitamos una historia, y no la encontramos. El error es encarar una historia más del mítico personaje, y hacerlo vivir lo mismo de siempre nada más que más lento.

La historia entonces nunca entretiene demasiado y nunca defrauda demasiado. Es anodina.

El arranque nomás nos desconcierta, porque nos vamos a los últimos días de la Segunda Guerra, en medio de los Nazis, y al protagonista tratando de recuperar unos artefactos antiguos que ellos habían robado. Para ponerlo en acción, se recurre al rejuvenecimiento del personaje, lo que lo torna medio raro, demasiado poco natural, y difícil de digerir.

Mucho efecto, demasiado.

Hay una segunda parte, Indy se retira (lo retiran) de la Universidad, debe ser finales de la década del 60, y es en el tramo de la película en el que el personaje es más genuino, está solo, perdió a su hijo en la guerra y su mujer lo ha dejado, lo que lo hace vivir en un estado de fastidio muy interesante, que Ford encarna con mucha solvencia.

Todo lo que sigue va a girar alrededor del dial de Arquímedes, un aparato del tiempo que es una especie de Santo Grial de los aparatos, que está perdido, que lo han encontrado y que tiene que ser recuperado para el mundo de bien, porque también lo pretende un científico del lado del mal.

Ahi aparece la partenaire de Indiana,  Phoebe Waller-Bridge, que compone a Helena, hija de su amigo muerto en esos días nazis.

Ella es una especie de pirata moderna, que se embarca en la aventura con el amigo de su padre, pero por las razones equivocadas, solo quiere hacerse millonaria.

La incoporación de esta actriz inglesa tan interesante es un buen punto en la trama. Porque además combina muy bien con las nuevas generaciones que la siguen desde Fleabag.

Después está todo lo que sabemos, están las persecusiones, están las ironías, las trampas, los malos muy malos y los buenos de toda bondad.

Sobre el final, Indy se despide de la manera más literaria posible, dando paso a la layenda, a empezar a extrañar ese sombrero, a intentar retener todas esas imágenes para atesorarlas y contarles a las nuevas generaciones.

Estuvo bien la despedida, creo que la película no encuentra el tono adecuado. Pero ya lo extraño.


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