Mano de hierro

La producción española crece y crece. Se diversifica y explora caminos y formatos. Tiene con qué, técnicamente impecables y con buenos intérpretes le dan pelea a cualquiera. Lo importante, una vez más, son las historias.



4 Butacas




Y mano de hierro es demasiado básica, melodramática por momentos, y demasiado poco creíble por detalles.

El elenco es impecable, sobre todo Eduard Fernández y Sergi López, que entre los dos, son los rústicos y despiadados hermanos Manchado, dueños del puerto de Brcelona, sostienen uno de los puntos claves de la historia. En ese puerto, su territorio, todo lo dirimen o con astucia o con sangre.

El epicentro temático es el puerto de Brcelona, en el que se descargan unos 6000 contendores por día, por lo que suponemos que en varios de ellos, que vienen de todas partes del mundo, entra una buena cantidad de sustancias ilegales y otras cuestiones opacas.

Allí reinan los hermanos Manchado, ocuparon ese espacio a fuerza de sangre, quemando vivo al anterior mandamás, y sus vidas familiares se armaron alrededor de ese puerto que es todo lo que tienen.

Un cargamento importante (lo llaman el correo del zar) de cocaína disimulada en mamushkas, un italiano mafioso que paga 30 millones de euros, un clan mexicano que provee la mercadería (quizá de lo más bizarro y pobre de la historia, la pareja de hermanos que los encarnan) y todo lo que puede salir mal sale mal.

En medio de todo, un policía muy corrupto que trabaja para el clan y un infiltrado, el ascendente Chino Darín, acá de manera inverosímil hablando como si hubiera nacido en Madrid. Un desatino.

Darín da para mucho más.

Hay desajustes groseros en el guión, cuestiones menores quizá, detalles, que hacen inverosímil la historia (¿una pibita de 1,50 m de no más de 25 años jefa de un poderoso Cartel mexicano? ¿En serio?)

Es una historia llena de lugares comunes, con bastante de melodrama en las historias de relaciones entre los protagonistas (la hija de Manchado y Darín con una historia de amor del pasado que tiene consecuencias demasiado obvias) un guión muy caminado, que desaprovecha a los buenos intérpretes que reunieron para esta producción de Netfilx que anda muy bien en Argentina.

Hay un poquito de cada una de estas historias que hemos visto, Fariña, Narcos, The wire, y todo mezclado desde una perspectiva más internacional.

Netflix tiene esa magia, de hacer digeribles por grandes audiencias guiones que nunca sorprenden.

Lo que está muy bien en Mano de hierro, pero muy bien, son las coreografías de acción, a veces con violencia innecesaria desde el realismo, pero realmente muy logradas desde la dirección, incluso una buena persecusión de autos y moto por el puerto de Barcelona.

Pero no mucho más.

Coreografías y un par de buenas actuaciones, que, al menos en el caso de eduard Fernández, nos deja con ganas de más, ya que el fectótum, el cerebro de todo aquello, sufre un accidente que lo deja de cama en los primeros capítulos, así que todo lo que vamos a ver de él son algunos flashbacks, que utiliza el director para entender el presente.


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