Reina roja

Buena audiencia en Prime para una serie española que tiene gran factura técnica, pero que resulta tan obvia que por momentos confunde.


5 Butacas



La producción española de contenidos no para de sorprender, porque es variada, porque filma en distintas regiones del País y de paso te lo muestra con sus particularidades, porque hay buen nivel de todo, de actores, de técnicos, de recursos.

Pero no siempre alcanza. En Reina roja hay un libro muy vendido con una historia policial simple, efectiva, pero que cuando viaja del papel (que nos plantea el desfío de imaginarnos todo) a la pantalla, pierde muchísimo.

Antonia Scott (si, se llama así la protagonista) es una joven con el coeficiente intelectual más alto que se pueda pensar, la más inteligente del mundo.

Es de esperar que sus habilidades relacionales no sean las mejores, y así será, que nos enconremos con una especie de aparato insensible que entrecierra los ojos siempre pensando más allá de lo que nosotros pensamos.

El coprotagonista es un policía de esos que se la pasan metiendo la gamba, haciendo cosas por encima de sus capacidades y rango, desobedeciendo órdenes, y castigado más de una vez.

Pero como es bueno, alguien se fija en el. Un policía misterioros que se llama Mentor, que está siempre de polera y que según parece conduce un equipo muy especial del submundo policial.

Ese escuadrón secreto está comandado por un personaje al que llaman Reina roja, que no es otra que la nerd a la que nos presentaron al comienzo.

Una muerte muy extraña se presenta en un barrio cerrado muy exclusivo de Madrid, nada menos que el hijo de la banquera más importante (una especie de Ana Botín del Santander) y allí irá la flamante pareja despareja a investigar por encima de la policía, la Reina roja y su escudero.

Una pareja intersante desde los contrastes, pero con unos diálogos tan forzados que se vuelven poco creíbles y no podemos tomarlos en serio.

Por o demás, es un clásico, habrá un asesino más que serial ritual, que pondrá a Antonia ante un desafío a su inteligencia. Y como lo vamos a ver en los primeros capítulos por un lado es bueno, nos saca el compromiso de tener que descubrirlo, pero por otro lado no está tan bueno, ya que no hay tantas cosas interesantes que vayan poblando el relato de temas que valgan la pena.

Lo mejor de la serie son los rubros técnicos, cada vez que Antonia piensa, trata de descubrir pistas, se abstrae de tal manera que parece flotar sobre los indicios, y eso está bien logrado.

Hay un recurso que usa poco y que hubiera estado interesante que se use más, como Sherlock, para ella el método deductivo es un juego de niños, pero lo usa poco y nada.

Las cosas se van a complicar con un segundo secuestro, esta vez la hija de un poderoso empresario textil (otra vez las coincidencias, Zara?) lo que mantendrá la tensión acerca de ese desenlace.

Reina roja amontona todos los clichés de este tipo de películas, intenta pivotear sobre una pareja protagónica interesante, y casi lo logra, de no ser por unos diálogos demasiado obvios.

Son 7 capítulos, está en Prime y creo que ese detalle es el que aporta lo bueno, la producción y la cinematografía.

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