Mazel Tov
Cuando te dicen "comedia dramática" ¿qué porcentajes de risas y lágrimas calculás? Esta película argentina, que dirige Adrián Suar y lleva toda su impronta, tiene es cierto momentos de comedia clásicos de nuestro cine, pero la nota general es de un drama familiar clásico, que evoluciona mucho más rápido que las risas ocasionales.
7 Butacas
EL personaje de Suar vive en Estados Unidos, es un busca, un aventurero que emigró detrás de un negocio que no fue tal y que ahora sobrevive con pequeños asuntos. Lo vemos de entrada armando su valija, vive solo, y se viene a Buenos Aires para el casamiento de su hermana y el Bar Mitzva de su sobrina.
Pero en ese instante, otro de los hermanos le dice que su papá acaba de fallecer.
La película entonces reúne en esas primera tomas a los cuatro protagonistas de esta historia, los cuatro hermanos, Suar, que es el segundo hermano, una bellísima y buena intérprete Natalie Pérez, Benjamín Rojas, el menor díscolo y el mayor, un sobresaliente Fernán Mirás.
Toda la película girará en la dinámica de ellos cuatros, cómo se relacionaron, la relación de cada uno de ellos con los otros hermanos y sobre todo con su padre recién fallecido, y los rencores viejos que el que emigró se llevó a Estados Unidos.
A el le pasa lo que a tantos, se fue y se quedó con una película, un instante, y los que están acá vivieron la serie, la evolución de ese momento.
El primer conflicto es si debe o no hacerse el casamiento de la hermana (el novio es Pablo Fábregas) y a partir de esa discusión se irán viendo las cosas viejas que guardan entre ellos.
El punto más alto desde el punto de vista dramático lo aporta una cena de Kipur, a la que son invitados por el hermano de la madre del clan, fallecida cuando ellos eran chicos. El patriarca de esa parte de a familia (nunca dije que este drama tiene centro en una familia judía) es Rodolfo Ranni, y no se habla con Suar desde que este es chico por temas que el cree que fueron de una manera, pero terminan siendo de otra.
Esa noche sale lo peor de ese hermano contra esa parte de la familia, pero también descubre cosas que no está dispuesto a escuchar, y tiene una pelea difícil con el hermano mayor que, como siempre pasa, es el que ha mantenido ciertas ficciones vivas para cuidarlos a todos.
En esos momentos la película adquiere tono de drama puro y duro y hasta arranca algunas lágrimas si uno está desprevenido porque son conflictos familiares muy transitados y muy verosímiles.
La historia está bien, no tiene sorpresas, se cuenta de manera fluida y sin complicaciones, el libro es correcto.
Suar es un buen director de este tipo de películas en las que lo importante son las actuaciones, no tanto los prodigios con la cámara o los exteriores, y dirige bien a los actores, los hace dar lo mejor de sus registros, aunque todos estemos esperando un chiste, que en momentos de la película no llega.
El guión está bien, los diálogos tienen momentos de mucha lucidez y están bien llevados, aunque hay algunos otros de clichés clásicos, pero se sobrellevan.
Lo que es realmente interesante son las actuaciones, los cuatro hermanos tienen una solidez narrativa muy llamativa, que trasciende la pantalla, y el elenco de secundarios es todo muy parejo. Sobresale Ranni con su solvencia y su carácter.
Están también Guillermo Arengo (infaltable acá haciendo un rabino), Alberto Ajaka, Adriana Aizemberg, Esteban Bigliardi y Lorena Vega, acá también haciendo de psicóloga, ex esposa de Suar.
Está bien, es una linda película argentina.
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