Your friends & neighbours
El mejor papel de John Hamm desde Don Draper, sin dudas. Uno de esos actores que llenan la pantalla, moderno pero clásico a la vez, con la estirpe de las estrellas (hablo de Cary Grant, Jimmy Stewart) con ese glamour pero con una elección de papeles que no temieron a la comedia, y hasta el ridículo.
8 Butacas
Este papel le va como anillo al dedo, en su madurez actoral, protagoniza esta comedia negra, muy sarcástica y corrosiva para con el estilo de vida de las clases altas de los Estados Unidos, otra ficción que se mete con las grietas que dejan expuestas las vidas de los millonarios.
La historia está bien, Hamm está en su mejor forma y en su mejor rol desde Mad Men y eso alcanza.
Interpreta a un hombre de las finanzas, que vive en un barrio muy exclusivo, en una casa enorme, tiene una ex esposa, dos hijos adolescentes, una Masseratti y todo el presente resuelto, veremos que no tanto el futuro.
Un día lo echan, una cama digamos, una trampa con una empleada, y se lo sacan de encima, de la manera más despiadada y brutal todo ese flujo de ingresos que alimentaban esos gastos exorbitantes (compramos cosas que ni sabemos para qué se usan...) en carreras de ver quién tiene más y más exclusivo, de pronto se corta abruptamente.
En esas meditaciones de buscar cómo encarar el gran agujero que le han hecho, cómo seguir proveyendo a su ex y sus hijos, su club exclusivo y las universidades de Ivy League, abre los ojos con esos temas que todos quieren ocultar, las miserias puerta adentro de esas mansiones, los engaños cruzados, las adicciones, las trampas y las cosas ocultas bajo una superficie de fiestas y glamour.
Conocerlos, haber compartido tanto con ellos, le da una ventaja, ahora sabe que esas relaciones son por lo menos superficiales, que son por lo menos banales, y va a sacarles alguna ventaja. Cuál? Explora esos puntos débiles y un día descubre que esos millonarios tienen tanto, que si les quita (les roba) algo no se van a dar cuenta, y al hacerlo, descubre una manera de ganarse la vida que lo fascina.
En el desarrollo de la trama, buscar cómo vender eso que roba, lo lleva a cruzarse con marginales de todo tipo, gente oscura de un mundo que no sospechaba que existía pero que empieza a resultarle muy atractivo.
Y mucho más real que el suyo.
Hay también un crimen con el que lo relacionan, hay una acusación que lo involucra, y que lo aísla aun más de esa gente que hasta ayer eran sus amigos, y habrá una gran revancha hacia el final de la primera temporada.
Una vuelta a todo, que implicará una decisión que no voy a contar pero que nos la vemos venir, dejando la puerta abierta para una segunda temporada.
Una serie inteligente, que se mete como parece estar de moda, con el mundo de los ricos y sus miserias y mala educación, que se plantea cuestionamientos para con ese estilo de vida y sus relaciones.
Todo mientras disfrutamos de su actuación, de su presencia en pantalla, de sus caras afeitado y de smoking o barbudo y comiendo chocolate frente a su televisión (que siempre está clavada en el canal del cine clásico) o de noche, tomando MacCallan de 25 años.
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