The better sister
Todo para ganar, una buena dupla protagónica (Elizabeth Banks, a quien hacía mucho no veíamos en un rol central, y Jessica Biel), un asesinato que hay que esclarecer y lo que viene sucediendo en contenidos en los últimos tiempos, a los ricos también les pasan cosas feas.
5 Butacas
Una especie de Big little lies íntimo, que hace foco en la relación de dos hermanas.
Una de ellas (la Biel) es exitosísima, perfecta, glamorosa, rica, dirige una revista de vanguardia, que va por temas siempre picantes y lo hace bien. Tiene sus oficinas en Manhattan y un departamento de ricos ahí y una casa en la playa en Long Island.
Un marido (Corey Stoll) también exitoso, un abogado, que aparece muerto en un charco de sangre en la casa de la playa. Ella lo descubre cuando vuelve de una fiesta tarde.
A partir de esa noche se dispararán las puntas de investigación y de, como es de manual, posibles culpables que parecen serlo y dejan de serlo en cada capítulo.
Detrás de la historia principal y de la investigación que llevan adelante una pareja de policías, están las que desarrollan el mundo de relaciones de la pareja (ricos, falsos y traicioneros) y la trama familiar que subyace entre ese matrimonio, el hijo adolescente, y la hermana mayor de la Biel, Banks.
El cadáver y las preguntas sin respuesta son el comienzo clásico, lo que sigue, es medio un tironeo de cosas que a veces encajan y a veces no.
Se cruzan las amenazas que recibió ella por los contenidos de su revista, la empresa turbia con la que el marido trabajaba desde el estudio de abogados que dirige un enigmático personaje que interpreta bien Matthew Modine.
Demasiadas cosas superpuestas resueltas con diálogos y actuaciones demasiado obvias.
Pero el foco de esta serie es otro, como en el caso que conté más arriba y tantos otros de moda por estos días: nos da una excusa para llenar la pantalla de hermosas vistas, interiores lujosos y ropa de diseñador (la Biel la saca todo el tiempo), comodidades hogareñas de élite.
También es una excusa para ver cómo implosionan vidas supuestamente perfectas; no solo como resultado de crímenes contemporáneos, sino al revelar que la psique de estos personajes ha sido un desastre infernal desde siempre. Un agente de policía lo expresa sin rodeos: “A nadie le gusta ver caer a una mujer rica más que a mí".
Es una forma de entretenimiento relativamente vacía; menos sobre comerse a los ricos, más sobre ver a los poderosos lidiar con sus demonios y agradecer que tus propios problemas no sean tan desconcertantemente laberínticos.
Podría funcionar mejor si no cayeran en tantos lugares comunes, estereotipos que te dan las cosas demasiado cocinadas como para que no pierdas el tiempo en descifrar nada.
Y con actuaciones, salvo algún caso puntual, muy bajas.
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