Patrick Melrose

Patrick Melrose

La vida complejísima de Edward St Aubyn, reflejadas en una serie de novelas con Patrick Melrose como protagonista, con la decadencia de una particular clase alta inglesa, y los vicios de la época en esta serie de 5 capítulos que ofrece la buena plataforma de Showtime.


8 Butacas



5 capítulos de gran factura interpretativa, en los que Benedict Cumberbacht se pone en la piel de Patrick Melrose, un ex drogadicto, alcohólico ocasional, y seductor serial, que enmascara una infancia tortuosa, inspirada salvajemente en la vida del autor.

Patrick es un desclasado, vive de la fortuna de sus padres, y se la inyecta toda, en una espiral de consumo reproducida con un grado de verosimilitud que merece la pena destacarse.

El ritmo de la serie es vertiginoso, y poco a poco iremos metiéndonos en un relato que tiene la particularidad que no será lineal en ningún momento, que se va construyendo como un rompecabezas, a veces de atrás para adelante y otras de adelante para atrás, que se detendrá en momentos de aparente insignificancia y prestará atención a detalles que serán importantes en momentos de la historia que no podemos prever.

Una gran labor interpretativa de Cumberbacht, que carga con todo el peso del clima de la historia y su humor.

Difícil de clasificar, veremos cómo a partir de la muerte de su padre, debe viajar a NY para ir a buscar sus cenizas, y a partir de ese momento meterse en una espiral de consumo que casi termina con su vida.

No entenderemos por qué tanta sed de autodestrucción hasta que promediando la serie nos asombraremos por su tortuosa vida de niño.

Un padre abusador y todopoderoso, una madre excéntrica, millonaria y alcohólica, toda su vida parece rodeada de seres especiales, parásitos, aduladores, hasta que se va conformando su propio círculo íntimo, que lo ayuda a salir de apoco de ese calvario cotidiano.

El escenario es inmejorable, una clase dominante en franco deterioro, moral y económico, y uno de sus últimos exponentes, sin deseos de aferrarse a esos valores, pero con poca o nada capacidad para generar un espacio nuevo.

Intentará, pero caerá una y otra vez en los excesos, sin virtudes, hasta tocar fondo más de una vez.

Una pintura de clase. Un mundo.

Una vez que entramos en las sutilezas y ferocidades de su narrativa, es hipnótica.

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