A very english scandal

A very english scandal

La calidad de producción de BBC, una pareja de actores de alto nivel y un director que siempre juega al límite, gran crítico de ciertos patrones de conducta y moral inglesas, para contar, en tres capítulos, la vida de Jeremy Thorpe, un miembro del parlamento británico cuyo amorío con un joven complejo, costó demasiado.



7 Butacas



Stephen Frears es capaz de contar una historia que deja mal parado a los ingleses, porque ya lo hizo en Ropa limpia negocios sucios, o Sammy y Rosie van a la cama, o más acá en La Reina o Amistades peligrosas. Es un director polémico, pero con un sublime sentido estético, conocedor de la técnica narrativa, y muy corrosivo en su manera de contar. Casi como si el humor ácido de los ingleses se derramara todo junto en una herida para reventarla.

La historia es una historia real. Un miembro del parlamento, en este caso encarnado por un soberbio Hugh Grant (ya muy lejos de esos papeles de galán que le dieron fama) que en los años '60 seduce a un joven campesino, al que lleva a Londres, enamora y mantiene como amante durante varios años.

Cuando la relación termina, comenzarán los problemas.

Un despechado que quiere venganza, y que acosará durante años a un político que, a fuerza de astucia, logra convertirse en el líder del partido Liberal, con aspiraciones a ser primer ministro.

No hay mucho más para contar de la trama.

Más que todo se complicará, que ninguna de las artimañas que inventa para sacárselo de encima prosperan (intentará todo) y que ve amenazados sus momentos de paz y de calma cada vez que el fantasma del pasado aparece.

Como la historia se cuenta a lo largo de unos 15/20 años, será interesante ver cómo se van acomodando las piezas alrededor de cada uno de ellos, las nuevas relaciones, los matrimonios, la carrera política y los juegos de poder.

En el trasfondo, el atraso de los ingleses para abordar el tema de la homosexualidad, la moralina en el parlamento, y ciertos toques de humor que le dan a la trama algunos toques muy interesantes.

El personaje del atribulado amante está a cargo de Ben Whishaw,  quién habíamos elogiado en este blog por su papel en la serie The Hour, y que acá compone a un tipo tan complejo e histérico, que justifica todo lo que Thorpe intenta hacer para deshacerse de él.

Un juicio demasiado ruidoso que lleva el tema no solo a los tribunales, sino que lo pone en todos los diarios y los canales de televisión, serán el fin de la carrera del político, y el barrido debajo de la alfombra de todo lo que la moral inglesa no soporta tener enfrente, pero que le causa regocijo saber que existe.

Una muy interesante propuesta de la cantera de la BBC que una vez más produce un contenido de calidad superior.

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