Johnny English 3.0
Johnny English 3.0
Rowan Atkinson es un enorme actor. Lo demostró en varios papeles (Maigret, por caso) aunque en esta saga de un agente secreto especial (MI7) de la Corona Británica se parezca demasiado a Mr. Bean, sigue siendo capaz de arrancar risas de la nada, y eso se valora.
6 Butacas
Un Bond torpe, al que todo le sale de casualidad, capaz de meterse en los líos más impredecibles. Que ejerce una defensa a ultranza al viejo mundo de los agentes especiales. Que prefiere andar sin celular y usar un Aston Martin equipado con misiles, ese es Johnny English, el personaje que compone ya en esta tercera entrega el completo actor británico.
Y las cuestiones son bien simples, nada complicadas, como está suspendido (en realidad todo ese viejo departamento MI7 está casi desmantelado) un ciber ataque despierta el terror en UK y la primera ministra (una siempre buena para la comedia Emma Thompson) tiene que volver a llamarlo para entrar en acción.
Una cumbre se está por llevar a cabo en Escocia, y un joven bastante inescrupuloso, norteamericano, muy engreído y tecnológico, está sembrando el pánico en UK con ataques cibernéticos para que los gobiernos de la cumbre, de la mano del inglés, compren la tecnología que los va a salvar de los ataques que él mismo genera.
Simple, sin vueltas.
El villano es atípico, es jóven, es apuesto, y es tecnológico. Se llama de apellido Volta (semejanzas con Tesla?) y será Johnny English el que con métodos antiguos pero efectivos, podrá desarmar la telaraña y salvar al mundo.
Hay ironía, hay humor inglés (que es decir casi lo mismo) hay evocaciones al pasado romántico de los agentes secretos, guiños al mundo de Ian Flemming con sus especialistas en preparar gadgets para los agentes, y hay un escudero, un agente ayudante que se complementará perfecto con English.
Es decir, todos los elementos clásicos y efectivos de las comedias que parodian a los agentes secretos, y un toque especial de humor británico.
Atkinson no puede ni quiere escapar a algunas maravillas de su creación más conocida, es decir que su manejo del físico, las caras, los tonos de voz, y cierta torpeza nos traerán un recuerdo sutil de Mr. Bean, pero ese no es el foco, el foco es que nos divertiremos.
Rowan Atkinson es un enorme actor. Lo demostró en varios papeles (Maigret, por caso) aunque en esta saga de un agente secreto especial (MI7) de la Corona Británica se parezca demasiado a Mr. Bean, sigue siendo capaz de arrancar risas de la nada, y eso se valora.
6 Butacas
Un Bond torpe, al que todo le sale de casualidad, capaz de meterse en los líos más impredecibles. Que ejerce una defensa a ultranza al viejo mundo de los agentes especiales. Que prefiere andar sin celular y usar un Aston Martin equipado con misiles, ese es Johnny English, el personaje que compone ya en esta tercera entrega el completo actor británico.
Y las cuestiones son bien simples, nada complicadas, como está suspendido (en realidad todo ese viejo departamento MI7 está casi desmantelado) un ciber ataque despierta el terror en UK y la primera ministra (una siempre buena para la comedia Emma Thompson) tiene que volver a llamarlo para entrar en acción.
Una cumbre se está por llevar a cabo en Escocia, y un joven bastante inescrupuloso, norteamericano, muy engreído y tecnológico, está sembrando el pánico en UK con ataques cibernéticos para que los gobiernos de la cumbre, de la mano del inglés, compren la tecnología que los va a salvar de los ataques que él mismo genera.
Simple, sin vueltas.
El villano es atípico, es jóven, es apuesto, y es tecnológico. Se llama de apellido Volta (semejanzas con Tesla?) y será Johnny English el que con métodos antiguos pero efectivos, podrá desarmar la telaraña y salvar al mundo.
Hay ironía, hay humor inglés (que es decir casi lo mismo) hay evocaciones al pasado romántico de los agentes secretos, guiños al mundo de Ian Flemming con sus especialistas en preparar gadgets para los agentes, y hay un escudero, un agente ayudante que se complementará perfecto con English.
Es decir, todos los elementos clásicos y efectivos de las comedias que parodian a los agentes secretos, y un toque especial de humor británico.
Atkinson no puede ni quiere escapar a algunas maravillas de su creación más conocida, es decir que su manejo del físico, las caras, los tonos de voz, y cierta torpeza nos traerán un recuerdo sutil de Mr. Bean, pero ese no es el foco, el foco es que nos divertiremos.
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