La casa de Bernarda Alba (Madrid)
La casa de Bernarda Alba (Teatro Reina Victoria - Madrid)
El clásico del enorme Federico García Lorca, hecho de manera clásica, despojado de interpretaciones y parafernalia, solo esas 8 mujeres, esas sillas, esos decorados sugeridos y toda la pasión flamenca.
5 Butacas
Ir al teatro en Madrid para ver esta pieza es una aventura complementaria.
Porque es teatro clásico, porque es Madrid, y porque las intérpretes no dejan un segundo librado a interpretaciones.
Son entonces mujeres de luto, en la España rural de comienzos de la guerra civil, encerradas bajo el mando y la tiranía de Bernarda Alba, una mujer viuda de su segundo marido, que no contempla la importancia emocional ni sentimental de sus hijas.
Una criada que sabe demasiado, pasión que aflora y se reprime y unos bailes que movilizan hasta lo más íntimo.
La obra, de tan clásica y tan visitada tan vigente, plantea un encierro opresivo de una madre con sus hijas, de sus dos matrimonios, y los conflictos que este encierro impone en las relaciones entre ellas.
Dura, carente de emociones, severa, Bernarda Alba será quién diga qué hay que hacer y qué no, hasta que el volcán que se genera irrumpe en una erupción fatal.
Esta versión, vista en Madrid, con un teatro a medio llenar, y con una sobria puesta de luces y trío orquestal de guitarra, percusión y voces en vivo, es una experiencia única.
Básicamente porque nadie, en ningún otro rincón del planeta, puede imitar esos pasos, esos movimientos de manos, esas cadencias, sugeridas en cada uno de los bailes, en cada uno de los enfrentamientos entre hermanas, en cada una de las pasiones que se desatan y explotan de la nada.
Eso sí, requiere ir preparado, es una versión sencilla, clásica, que no ofrece al espectador ningún tipo de escape, ni de adornos en la escena, ni de giros modernos. Eso, en una obra de tanta densidad puede resultar complejo.
El clásico del enorme Federico García Lorca, hecho de manera clásica, despojado de interpretaciones y parafernalia, solo esas 8 mujeres, esas sillas, esos decorados sugeridos y toda la pasión flamenca.
5 Butacas
Ir al teatro en Madrid para ver esta pieza es una aventura complementaria.
Porque es teatro clásico, porque es Madrid, y porque las intérpretes no dejan un segundo librado a interpretaciones.
Son entonces mujeres de luto, en la España rural de comienzos de la guerra civil, encerradas bajo el mando y la tiranía de Bernarda Alba, una mujer viuda de su segundo marido, que no contempla la importancia emocional ni sentimental de sus hijas.
Una criada que sabe demasiado, pasión que aflora y se reprime y unos bailes que movilizan hasta lo más íntimo.
La obra, de tan clásica y tan visitada tan vigente, plantea un encierro opresivo de una madre con sus hijas, de sus dos matrimonios, y los conflictos que este encierro impone en las relaciones entre ellas.
Dura, carente de emociones, severa, Bernarda Alba será quién diga qué hay que hacer y qué no, hasta que el volcán que se genera irrumpe en una erupción fatal.
Esta versión, vista en Madrid, con un teatro a medio llenar, y con una sobria puesta de luces y trío orquestal de guitarra, percusión y voces en vivo, es una experiencia única.
Básicamente porque nadie, en ningún otro rincón del planeta, puede imitar esos pasos, esos movimientos de manos, esas cadencias, sugeridas en cada uno de los bailes, en cada uno de los enfrentamientos entre hermanas, en cada una de las pasiones que se desatan y explotan de la nada.
Eso sí, requiere ir preparado, es una versión sencilla, clásica, que no ofrece al espectador ningún tipo de escape, ni de adornos en la escena, ni de giros modernos. Eso, en una obra de tanta densidad puede resultar complejo.
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