Greyhound

Greyhound

Tom Hanks es ícono, pero es un ícono inquieto. Es el guionista de esta película que se anota en la mejor tradición de las películas bélicas norteamericanas sobre la Segunda Guerra Mundial. Épica y sencilla en su recorrido.

8 Butacas

Greyhound pone una lupa sobre unos instantes en la llamada "Batalla del Atlántico". Los barcos cargados de provisiones y armamento que salían desde Estados Unidos con destino las costas inglesas, debían atravesar un punto ciego, un lugar en medio del océano sin la posibilidad de ser escoltados y custodiados por aviones amigos. En ese pozo negro, quedaban a merced de los terribles U-Boats, los submarinos alemanes.

Hanks encarna a un capitán de la armada norteamericana en su primera misión al mando de un destructor que será cabeza del convoy de custodia de los barcos mercantes que llevan la mercadería. 

La película se centra en ese viaje, esas relaciones internas entre los marinos, las comunicaciones entre ellos, las comunicaciones angustiosas con el resto de los barcos que componen la campaña. 

Y sobre esa base de palabras técnicas, precisas, esas lecturas de radares y sonares, esos vínculos de bravura y heroísmo, se construye una película potente y muy bien realizada, que apela a pocos golpes bajos, pero a mucho de música y puesta heroica para ensalzar a los protagonistas de esos hechos.

Perderán a algunos, pero llegarán la mayoría y el final será amargo, como todo en la guerra, pero virtuoso, con la belleza que ofrecen esas historias de hombres en estado puro jugándose la vida.

Hay destellos de Dunquerque, obvios porque esa película abre un camino de cómo contar la guerra, en planos, en tinte y en la música en loops crecientes que juega papel fundamental.

En definitiva, es una de guerra, técnicamente perfecta, con un episodio muy claro para contar (esto hace que el esfuerzo para interpretar sea cómodo y podamos concentrarnos en las imágenes y los textos) y un principio y fin sensato, sin estridencias, basados en la vivencia de un comandante y el impacto de sus decisiones.

Cómo Tom Hanks interpreta a ese capitán con destino de héroe es un imán para la pantalla, es lo que mejor hace, su sonrisa a medias, su tensión, sus dolores disimulados, su duda al tomar decisiones (dudas que duran una fracción de segundo pero que lo hacen más humano que nadie) son situaciones que trascienden la pantalla.

Un lanzamiento de Apple cine, otro, con un buen resultado.