Elvis

Elvis

Baz Luhrmann tiene un sello que se lo estampa a cada obra suya. un sello que vimos en su versión de El gran Gatsby, de Romeo y Julieta, de Moulin Rouge, forjado en pedrería, brillo, y explosión de coros y cuerdas, ideal para una vida que desbordó, que necesitó varias vidas, como la de Elvis Presley.


6 Butacas



Siempre decimos que lo difícil de una biopic es elegir el momento, la anecdota, el instante, la decisión, que se decide contar. Esa decisión es fundamental porque nos va a dar la medida de es vida a la que nos vamos a asomar.

Y en Elvis, Luhrmann elige contarnos a Elvis desde la relación con su manager, el Coronel Parker, quién lo hizo crecer hasta el infinito y más allá, pero también manejó con rigor su vida y lo estafó hasta el absurdo.

Pero la sensación que deja la película es que esa elección es mezquina, que la vida de este rey sin corona podría haber sido contada desde otra perspectiva, más buena para con él, más centrada en él y sus decisiones, sus cavilaciones, su arte.

Los excesos visuales del director hubieran sido adecuados para contar los excesos de Elvis, pero al elegir contarlo desde la mirada de Parker, quién es un corrupto incorregible según los medios de la época, y antes de morir (en el relato) quiere contar su parte de la historia. Pero... es relevante?

Hago una pausa, Elvis es interpretado por Austin Butler, y es sencillament sensacional. Debo decirlo antes de seguir, porque es difícil meterse de la manera que este actor lo hace, en la piel de un ícono y no caricaturizarlo.

Hay destellos de lo que si hubieramos querido ver más, cómo el blues y el gospel influyeron en su estilo y en su repertorio, la influencia de su madre en sus decisiones, su infancia compleja, la pérdida de su hermano, su vida en esa ciudad que respiraba música de negros, su vínculo con ellos que será determinante en una época de segregación, todo eso se cuenta como en un compendio, como dato al margen.

Y la figura que narra, el coronel Parker, es un villano tierno, al menos así lo caracteriza Tom Hanks, al que nos cuesta creerle como malo, quizá por eso hubo que esconder sus rasgos bajo pesadas prótesis para que dé el peso y la edad de este obeso personaje. Siempre me pregunto para qué sirve tener a semejante actor, al que queremos verle el rostro tan expresivo, esconderlos tras tanto maquillaje, que siempre por más bueno que sea será un artificio. No podríamos poner un actor de ese peso (peso físico) y ya?

Hay momentos de gran cine cuando Luhrmann filma las canciones, sobre todo al comienzo, y la vibración que Elvis producía en las plateas, hay que filmar eso, es clave, como cuando contamos a nuestro Sandro, ya que fue el primero en hacerlo, en cantar como negro siendo blanco, en moverse de manera sexual sin mostrar nada, en empezar ese negocio que dura hasta hoy.

Pero la película naufrga cuando intenta la biografía, se pone aburrida, se corre de lo majestuoso de algunos momentos, para volverse insípida de repente, y mostrar un conflicto que no se logra contar.

Elvis murió a los 42 años, las últimas escenas retratan esos conciertos en Las Vegas, adonde lo arrastra su manager por su adicción al juego, por tenerlo agarrado por todos lados, por dominarlo.

Y Elvis, poco a poco se irá hinchando, deformando, alejando de su esposa y su hija, más solo y más confundido.

Si no conociéramos algo de su vida, si no hubiéramos leído tanto sobre él, visto documentales, la idea de la vida, el retrato que traza Luhrmann no tendría mucho sentido.

Se destaca mucho (y damos gracias) la interpretación de Butler, que es básicamente lo más interesante que tiene la película (que es larga).

 

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