Top Gun Maverick

Top Gun Maverick

Aroma ochentoso para una vuelta fuera de época, evocativa, del sesentón de la sonrisa perenne.


6 Butacas



Cruise, el actor, el que no usa dobles, la leyenda de los miles de millones que chorrean de la pantalla, el Rey Midas de la industria, lo intenta de nuevo. Millones y millones y productores famosos, al servicio de una historia de vueltas 30 años después, que requiere restañar heridas y poner cosas en el lugar correcto.

Maverick sigue siendo capitán cuando todos sus compañeros de promoción son Almirantes y tienen mejor pensión que él cuando se retire, sigue siendo un joven intrépido alojado en el cuerpo de un señor de 60 al que parece que los años no le pasan.

Lo rodean pocos actores de brillo, nadie por encima de su escasa estatura, Jennifer Connelly, también eterna joven y el ascendente Miles Teller (de cuyo trabajo hablamos muy bien en The Offer).

Todo vuelve y todo cambia sería la canción, porque Maverick un día es llamado para volver, está en un oscuro trabajo de piloto de pruebas, sigue siendo el ser vivo que ha viajado más rápido sobre una máquina, y pasa sus días en el desierto de Mojave probando un prototipo que desarrolla una velociad de Mach 10.

Pero claro, son otros tiempos, es un trabajo burocrático en el que pocos creen, la mayoría de los señores que tienen que votar esos presupuestos creen que los aviones de combate deberían no ser tripulados por pilotos humanos, justo para el, que está convencido que las máquinas son todas iguales y que la diferencia las hacen los que las manejan.

Lo sacan de allí de manera milagrosa (no será el único milagro de la película) justo cuando ante una de sus clásicas desobediencias y cuando le van a dar la baja, lo llaman para que vaya a una misión que desconoce.

Hay que eliminar un depóstio de uranio enriquecido en algún lugar incierto, en medio de montañas y bosques, y para hacerlo se requiere de una misión casi suicida.

Y justo cuando se entusiasma con ese último pedido, se da cuenta que lo que tiene que hacer es entrenar a los mejores promedios nuevos, los Top Gun de esta época, para que sean ellos los que hagan la misión.

Por supuesto que todo se encaminará para que sea Maverick quien la lleve adentalne, y nada menos que con el hijo de su amigo Goose (ahí hay que viajar en el tiempo) como copiloto.

Cruise se siente cómodo en ese traje, le pone el cuerpo (literal) a las acrobacias y sabe como pocos el sistema de estrellato a la antigua del viejo Hollywood. 

Pero también sabemos que puede hacer otras cosas, como en Magnolia o Nacido el 4 de Julio, es decir, tiene un rango, una potencialidad que lo hace un tipo completo, pero que elige esta fórmula porque le sale muy bien (y le debe reportar mucho dinero).

Lo mejor de esta película son las increíbles imagenes en el aire, creíbles, cercanas, con la respiración agitada como banda de sonido.

La historia no lo es tanto, es básica, es elemental, está repleta de gestos de heroísmo cinematográfico, guiños a la cámara, miradas cómplices, emoción patriotera.

Muy pero muy básica en el agumento, exacerbando algunos valores hasta hacerlos casi una caricatura, pero es lo que les gusta a los norteamericanos, la bandera doblada en el velatorio de un Almirante (Val Kilmer irreconocible, viene la la original) los abrazos apretados cuando vuelven de la misión, la explicación de que "van a hacer lo imposible, es difícil que vuelvan" y el éxito final.

En definitiva, un producto industrial por donde se lo mire, pero que no quiere ser otra cosa, que pone todos los clichés al serivicio de un relato tan lineal como ameno, que se puede seguir como si fuera un video juego, en pantalla muy grande en lo posible, para sentirse por momentos en un simulador de vuelo.

Cruise 100%

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