Ringo, gloria y muerte

Ringo, gloria y muerte

Siempre decimos que la clave al momento de una biopic, es definir qué momentos  de esa vida queremos contar, que de alguna manera nos tienen que ayudar a entender a un personajes en toda su dimensión.


8 Butacas



Ringo fue sin dudas un personaje entrañable. Un grandote bonachón. Fanfarrón, expansivo, divertido, jugó todo el tiempo en un límite permitido, porque de alguna manera entró en el corazón de la gente que lo seguía.

Desde el boxeo, su deporte, eso no es coas fácil. Suelen ser tipos más parcos, más complejos, pero Ringo era todo corazón y todo nobleza y simpleza.

La serie de 7 capítulos cortos (excelente formato) y una producción impecable, elige muy bien qué parte de su vida nos va a contar, y lo hace hilvanando flashbacks y momentos que dan sentido a lo que estamos viendo, nos dicen cómo se construyó el personaje y cómo llegó hasta esos momentos culmines que serán la desembocadura de la historia.

Dos hechos fundamentales en su vida, la pelea con el enorme Mohamad Alí y la noche en la que lo asesinan en la puerta del Mustang Ranch de Reno, Nevada en 1976, se irán jalonando entonces con idas y vueltas, con un Ringo más joven y no tanto, con sus sueños y su familia y sus amigos, de manera de desembocar muy lógicamente en ese capítulo final.

Lo vemos empezando de pibe, lo vemos yéndose a pelear a Estados Unidos cuando lo descalifican en Argentina, haciéndose profesional allá, aprendiendo inglés y mezclando el entrenamiento con lavar copas en un restaurante.

Lo vemos creciendo junto a los suyos, lo vemos volver y conquistar al Luna Park, y con esa fama la tlevisión, el teatro de revistas, las notas, un disco.

Lo vemos aprender de Alí que el negocio estaba abajo del ring, en el marketing, en las delcaraciones, en lo accesorio, que generalmene daba mejores ingresos.

Una vida siempre al límite, pero controlada, un loco lindo pero que sabía exactamente lo que quería hacr y con quién quería hacerlo.

Pampa es la productora que había hecho antes Monzón, también imperdible, y sabe de este tema, filma bien ese mundo y también las coreografías de arriba del ring, que sin bien no son lo fudamental de la película deben estar bien para no restarle credibilidad al relato.

Se completa todo con un hallazgo, el actor Jerónimo Bosia que está perfecto en la piel de Bonavena, perfecto. Porque logra la sonrisa, la picardía, los amagues, y la melancolía justas.

Y también están en un punto muy alto Delfina Chaves (Dora Raffa de Bonavena), Lucila Gandolfo (Sally Conforte) y  Thomas Grube (Joe Conforte), estos últimos hablando solo en inglés, por lo cual hay que verla con subtítulos, porque es una serie bilingue desde el capítulo 1.

Javier Drolas como un joven Tito Lectoure, histórico hacedor de campeones y dueño del Luna Park, es otro hallazgo.

Está bien la historia, está bien la época, están bien los actores, está bien la duración y los aspectos de la vida que se eligieron para contarnos la vida de este personaje increíble.

Y está muy bien contada esa época oscura de Ringo, de la que sabemos poco porque estaba prácticament solo, cuando a comienzos del 76 decidió poner su vida en las manos de un zátrapa, un rufián que manejaba apuestas y prostitutas y lo convenció (siempre por plata) que le conseguiría la revancha con Alí, al que le había aguantado 15 rounds unos años antes.

Allí encontró la muerte, a los 33 años, el mismo día en el que otro argentino, menos histriónico (Víctor Emilio Galíndez) se consagraba Campeón Mundial.

Muy buena historia


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