Sharper

Sharper

Una de estafadores, de gente que miente para embaucar, artesanos del choreo que son tan sofisticados que terminan engañándose entre ellos.


5 Butacas



Una propuesta de Apple Studios, quizá para un sábado a la tarde en casa, con lluvia, si queremos ver algo que nos desafíe en términos de armado de un rompecabezas que se va proponiendo lúdico y por momentos sombrío.

Julianne Moore y John Lithgow son la pareja protagónica, un matrimonio raro, él es un financista (dicen dueño de un fondo de los que acá conocemos como buitre) y ella su esposa reciente que lo enamora con su sensualidad (la Moore sigue siendo convocada para eso) pero entendemos por la manera de contar la historia, que eso que vemos no es tal como parece ser, y que esos millones del financista van a cambiar de manos pronto.

La historia puede entrar en el género film noir (nuevo) y tiene a Nueva York como escenario algo siniestro, no es la NY que solemos ver en esas hermosas historias de amor.

Lo más interesante que tiene la estuctura del relato es que se va contando en capítulos, como si fuera una novela o una obra de teatro, vamos a ir conociendo a los personajes de la historia en breves reseñas individuales, que nos van a contar sobre todo de dónde vienen y cómo se relacionan entre ellos.

Un dueño de una librería chica y muy de novela, una joven estudiante que va en busca de un libro y lo enamora, la pareja que ya contamos, y un personaje siniestro, embaucador profesional que vamos a ver que está relacionado con ambas mujeres.

Todos se mienten, todos se engañan, todos se relacionan entre ellos con el objetivo central de dar el golpe de su vida, secar a ese millonario levemente maligno sin usar la violencia.

La chica un día va a la librería, hay química entre ella y el dueño, se enamoran, un día aparece el hermano de ella que siempre está en problemas, necesita plata, el dice que tiene, que su padre es millonario y quiere ayudarla y así le sacan 350 mil dólares. Ella desaparece de su vida en ese instante.

Pero la historia no termina acá, porque el mismo que hace el papel de hermano, es el cerebro de esa banda de timadores y tiene preparado otro truco, jugando personajes, para que el botín, con el mismo blanco, el mismo millonario, sea esta vez enorme.

No sospecha que los caminos se volverán a cruzar, que los personajes no pueden ser tan fácilmente manipulables, y que las cosas no van a salir como planearon, porque alguien los descubrió y planearon una venganza tan sofisticada como no imaginan.

Está actuada razonablemente y propone diálogos que en algunos pasajes es interesante, aunque nunca pasemos la pantalla de saber de qué va el juego y estemos esperando todo el tiempo el giro que nos soprenda.

Es también demasiado neoyorquina.

 

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