Rapa

Rapa

Con el espectacular marco de los pueblos gallegos de acantilados frente al mar (gran recurso de la TV española para mostrarnos su País) Rapa combina varias cosas que nos gustan de las historias de crímenes, y lo hace bien.



8 Butacas



Sobre todo en la primera temporada (se promete una tercera) que es la que nos tiene que enganchar a mirar los 6 capítulos largos que conforman un caso.

Un profesor de literatura del secundario (extraordinario Javier Cámara) y una sargento de la policía judicial de la Guardia Civil (Mónica López) son los protagonistas centrales de esta serie de Movistar+.

Arrancamos con Cámara caminando entre las montañas cubiertas de niebla, por la mañana, cuando se topa con una mujer tirada a la intemperie, parece estar muerta pero no lo está.

Se va a la ruta, para la primera camioneta que pasa por ahí, y cargan ese cuerpo para llevarlo al hospital. Allí se entera que es la alcaldesa de la Ciudad con ese dato se desata un torbellino de política, de traiciones y de cuentas por pagar.

La sargento a cargo de la investigación es Maite, el personaje de Mónica López, que al principio sospechará del profesor (Tomás) pero que luego aceptará el intento de ayuda que el le ofrece.

Tomás tiene ELA, está aburrido de dar clases a gente que no entiende nada, y encuentra en ese caso, y la posibilidad de ayudar a la policía a encontrar al culpable, una razón para vivir.

Tanto de fuerte, que pide la jubilación para poder dedicarse de lleno a esa tarea.

Es lo más interesante que nos ofrece la serie, aunque en la primera temporada también es interesante el caso policial, la química entre los dos protagonistas, una especie de dupla que se complementa a la perfección, y que logran avances cuando en su particular manera de relacionarse, son complementarios.

La primera temporada se centra entonces en esa mujer muerta, y a medida que avanza la investigación de los dos, van a encontrar precisamente en el pasado, en la historia familiar de la alcaldesa, las razones para que alguien la asesine.

Ellos avanzan hasta que en el juicio, no es posible reconstruir los hechos de manera de inculpar a nadie, y la frustración es de lo más interesante de la trama. No siempre la verdad triunfa y se meten presos a los que hay que meter.

Sus vidas seguirán con sus chicanas, pero poco a poco, a medida que la enfermedad de Tomás avanza, Maite estará más y más cerca, como amiga, para apoyarlo y cuidarlo.

Un buen hallazgo, ya conocemos el esquema de duplas de trabajo, de complementos a la hora de las deducciones, desde Sherlock hasta acá, pero no siempre funciona tan bien como en Rapa.

La segunda temporada (están las dos disponibles) es aún más interesante que la primera, porque hay tres investigaciones en paralelo, la de Tomás, un caso viejo que le llega por casualidad cuando estaba internado en un hospital, la de un extraño crímen en las instalaciones de la Armada Española (que tiene como protagonistas a marinos de muy alto rango) que investiga Maite, y la aparición de la protagonista de la primera temporada, que está libre de culpa y cargo y vuelve a sus vidas de manera inquietante.

Rapa hace referencia a la rapa das bestas, una ceremonia brutal en la que un grupo de hombre paraliza a un caballo para cortarle crines y cola, en una ceremonia primitiva y bellísima.

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