Steeltown murders

Steeltown murders

Esta serie galesa tiene todo lo que requiere hoy contar una historia impactante, es bueno el casting, es poderosa la historia (basada en hechos reales) dura lo justo, 4 capítulos cortos, y tiene un recurso extra que es perfecto, un casting sensacional.


9 Butacas



En un suburbio industrial galés, en 1973, la comunidad se ve sorprendida por el asesinato de una adolescente de manera brutal. Violación seguida de asesinato.

La policía no sabe por dónde empezar y las pistas se van diluyendo, hasta que unas semanas después de ese hecho del que todos hablan, otras dos chicas son asesinadas con igual brutalidad y procedimiento.

Aunque parezca increíble, al tratarse de dos ciudades linderas pero con cuerpos de policía diferentes, los casos no se vinculan, y los esfuerzos van por separado.

Ese nudo es el que se comenzará a desatar más de 30 años después, cuando un trabajo minucioso y fortuito del laboratorio forense descubra que el semen, los rastros de semen en los tres cuerpos coinciden.

Entonces un investigador, ya grande y a punto de retirarse, que trabajó en los días de 1973 y que tenía la certeza de que había que investigar todo junto pero sus jefes no lo dejaban, pidió que le asignen esta reapertura como una manera de revancha, de ponder las cosas en su lugar, de darle paz a esas familias a las que siguió viendo sin darles respuestas por tantos años.

La serie es excelente.

Porque todo el tiempo tiene que ir a 1973, para que entendamos los hechos y lo que rodeó a los hechos, y lo hace recurriendo a unos actores excelentes que logran captar el carácter de sus personajes cuando eran mucho más jovenes, lo que le agrega a la serie un dato de gran relevancia, cuando la imagen se pone en los colores y los peinados y los vestidos y el ambiente de comienzos de los 70 es tan creíble que parece que estamos en esos días.

El otro hallazgo es la profundidad de los personajes.

Todos arrastran temas de aquellos días a pesar del paso del tiempo, todos intentaron convertir la frustración y el dolor en otra cosa, pero no todos lo lograron, y esas tensiónes están muy presentes todo el tiempo.

El dolor, como que esas familias que perdieron a los suyos quedaron de alguna manera clavadas en esos días, y lo insoportable que es no saber qué pasó, tener ideas, conjeturas, pero no saberlo.

Lo forense, un recurso que ya lo hemos visto en varias series inglesas, eso de volver a revisar casos que no cerraron a la luz de nuevas tecnologías, es importante, pero lo más importante es el guión y las actuaciones, lo más interesante es que es ante todo un drama, que viene desarrollado en una historia policial.

Muy bien actuada, muy bien dirigida, muy bien iluminada y sobre todo con un ritmo muy acorde a los momentos terribles que relata.

No llega mucho galés a nuestro mercado, esta es sin dudas una gratísima sopresa (que incluye ese idioma tan complicado y lleno de consonantes) que estrenó en mayo la BBC.

Buena por donde se la mire. Es la demostración que no importa que el recurso o el tema policial sea resuelto de una manera rápida o compleja (en este caso además el misterio dura hasta el final, con alternativas todas muy posibles y bien desarrolladas) sino que lo que importa es el drama, el conflicto de esas familias, y las relaciones entre esos protagonistas 30 años después.

Un desafío largamente superado por esta miniserie.

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