Barrabrava

Barrabrava

Amazon Prime produce otra buena propuesta en nuestra plaza (lo había hecho con Iosi), esta vez abordando un tema que suele ser tratado con mucho estereotipo, el funcionamiento de las barras bravas en el fútbol.


9 Butacas



La historia de una familia íntmamente ligada a la barra de un club del ascenso es el eje de esta serie de 8 capítulos de duración perfecta. Son dos hermanos (compuestos por Matías Mayer y Gastón Pauls) que pierden en una interna feroz por el control de la tribuna (y los negocios) cuando el jefe natural de esa facción (El Tío, encarnado por Gustavo Garzón) muere después de un enfrentamiento feroz con otra facción enfrentada.

Ese espacio que pierden a fuerza de violencia, implica perder no solo el lugar en la tribuna, sino que se transforma además en una pesadilla económica, ya que es esa la actividad principal de la familia.

Hay cuestiones técnicas relacionadas con la puesta que son muy ara destacar, más allá de que la historia es muy atractiva y está muy bien dirigida y actuada.

La iluminación (siempre ominosa, de matices, con sombras y claros muy marcados que dan siempre un marco de sensaciones muy ajustados, y la edición de sonido, sonidos conurbanos de perros ladrando, ruidos secos de cosas viejas, golpes de puños y tiros que tienen un realismo poco visto en nuetras producciones.

Hay un recurso muy interesante de voz en off que es medido y muy oportuno, para contar algunas cosas del relato, para introducir personajes, para describir situaciones, a cargo de uno de los miembros de la barra, el Oveja, una interpretación muy lograda de Miguel Ángel Rodríguez, que logra con esa interpretación y esa narración, un punto muy alto de su carrera, mostrando un costado interpretativo muy interesante.

La serie tiene una historia de base que es estremecedora, pero no es nada rebuscada ni se regodea en las violencias, por el contrario, nos muestra a dos tipos de personajes al menos, los que están "jugados" y no conocen otra vida, y este negocio les da la posibilidad de asomar la cabeza a cubrir algunas necesidades propias y de sus familias, y los que aún sabiendo que hay riesgos, que tienen cosas que proteger (familia sobre todo) están de alguna manera inmersos en una dinámica de la que les es muy difícil salir.

Hay todo el tiempo planteos, apelaciones a los famosos códigos, cuestiones de moral en medio de un clima inmoral por todos lados.

Tiene violencia muy bien coreografiada y filmada, muy cruel por algunos pasajes, que recuerda a algunos episodios del clásico Sons of Anarchy, pero no hace foco solo en eso ni tampoco reivindica nada, es un dato de la vida y la dinámica de ese mundo, nadie se enorgullece de ejercerla.

Y hay algunos detalles de inocencia en esos tipos despiadados, de humor muy bien balanceado, de situaciones inesperadas y a veces ridículas, que rematan con situaciones y diálogos graciosos entre ellos, que son una nota muy ineresante en el desarrollo de la historia.

El director, Jesús Braceras, es el mismo director de otra buena serie, Monzón. Sabe lo que hace y tiene una gran cantidad de recursos a mano para contarnos la historia.

Las actuaciones están también a la altura. Además de Mayer (un muy buen intérprete al que ya vimos precisamente en Iosi y en Un crímen argentino por ejemplo) y Pauls (un muy jugado papel tiene que interpretar, ya que va a perder el equilibrio con sus adicciones, una cosa nada fácil conociendo la historia personal del actor) están en roles destacados Liz Solari (en un rol que conoce bien, esposa de futbolista existoso, del club para el mundo) y Pablo Alarcón, Mónica Gonzaga (muy bien), Cande Molfese, Angelo Mutti Spinetta (otro papel muy extremo), Violeta Narvay. 

Es una serie que no da respiro, que no santifica ni condena, que muestra el lado oscuro y complejo de un mal argentino, explica y expone los negocios, los vínculos con el poder, la violencia que lo domina todo, de esos grupos que vemos de lejos, en el centro de los para avalanchas los domingos de fútbol.

Vale la pena verla, está muy bien hecha.

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