Fatum

Fatum

Luis Tosar (nos gusta siempre) protagoniza otra vez uno de esos policiales exasperantes, que a partir de un momento se aceleran tanto, que no sabemos adónde paran, ni los colaterales que va dejando en el camino.


7 Butacas



Se pone en la piel de un ludópata, un enfermo del juego que siempre está a punto de recuperarlo todo pero que está más cerca de perder no solo lo material, sino a su familia, que cuando empieza la película lo está abandonando.

La esposa, la hija menor y su hijo adolescente se van a vivir a otro lado, lejos de la toxicidad de esa enfermedad brutal, que los tiene en tensión todo el tiempo y en la angustia de no saber si cuando golpean a la puerta del departamento es para desalojarlos.

El se arrodilla, tiene conciencia que es en serio, y vuelve a prometer que no lo va a a hacer más, promesa que dura hasta el próximo dato, que llega unos días después.

Una mañana, llevando a los chicos al colegio, para en una casa de apuestas para poner los últimos euros en una apuesta de fútbol, con el resultado arreglado, algo seguro.

Esta producción española que esta vez nos sitúa en Galicia, tiene todos los ingreidientes clásicos, pero contados de manera muy sólida.

Pero todo va a salir mal, los chicos no lo esperan en el auto como les pidió, bajan a ese lugar al que no está permitido que entren, pero los dejan. El hijo le manda una foto a la madre, que viene volando para llevarlos y dejarlo definitivamente, todo muy dramático, mientras la jugada en el partido que se ve por la televisión le dice que es verdad esta vez, que ganó una fortuna.

Pero todo está destinado a salir mal y sale mal, un ladrón dispuesto a todo entra para robarles, armado, y todo, absolutamente todo se va a salir de cauce.

En paralelo conocemos otra historia, la de un guardia civil de un grupo especial, una especie de Swat, que es francotirador y que tiene a su hijo peleando entre la vida y la muerte por un corazón demasiado débil.

Necesita un transplante urgente.

Esa misma mañana del hecho delictivo lo internan, su situación es crítica y el padre policía, acude al llamado de esa emergencia en la sala de apuestas.

Todo lo que va a ocurrir durante el hecho y después es una espiral de violencia y drama muy bien contado y muy bien actuado.

Un disparo, tan solo un disparo, y las vidas del jugador y del policía cambian para siempre, las derivaciones de ese momento clave maracarán sus días a partir de ese momento, y las de sus hijos varones.

Todo está bien equilibrado en la realización, hay drama, pero no hay golpes bajos, todo transcurre en un tono de susurro, de situaciones que pueden ser posibles y que tensan todo el tiempo el suspenso.

Es una buena historia, muy compleja, que nos tiene entretenidos toda su duración.

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