Dream scenario (el hombre de los sueños)

Extraña película, muy extraña, que tiene todo el tiempo un clima de meme, de absurdo, de incomodidad, que nunca se relaja y nos hace sonreir, incomodar y ponernos empáticos con un personaje a la medida de Nicolás Cage.

6 Butacas

Que hay que decir que está eligiendo algunos roles (también produce) que lo hacen expresarse de manera distinta, como si fuera (y creo que lo es) un actor de capas, de matices, que no tiene límites a la hora de interpretar.

Acá es Paul Matthews, un profesor titular de biología evolutiva de una universidad no tan prestigiosa ni lustrosa como suelen aparecer en las películas, en una ciudad que es demasiado gris y fría todo el tiempo.

Imaginen esto, que es el disparador de este absurdo, un día una de sus hijas le cuenta en el desaryuno que soñó raro, y que en ese sueño raro aparecía su papá, que solo observaba, aún ante el peligro de que algo le pase a su hija el solo observa.

No se mete.

Le parece extraño, haría cualquier cosa por su hija, pero ahí está ese cuento.

Cuando llega a su clase, nota que lo miran raro, que hay algo que flota en el aire, algo no dicho, y el con sus bondad y su sonrisa muy sincera (es bastante plomo, de esos tipos que cuentan chistes que nadie entiende) empieza a notar que lo que está ocurriendo en el aula tiene que ver con el.

Lo que está pasando es que son varios (todos después sabrá) que lo ven a parecer en sus sueños. Siempre como testigo, siempre pasando, a veces sonriendo.

Y no solo pasa en su clase, les pasa a otros que ni siquiera lo conocen.

Ahí viene el efecto interesante, cómo eso que es un absurdo se transforma en una vivencia, que atrae redes sociales, todo el mundo parece hablar de Paul, que atrae historias también en el mundo real, saludos por la calle, gente que se sonríe al verlo, gente que simplemente se sonroja porque en ese sueño quizá algo pasó que los hace avergonzar de contarlo.

Así Paul es tentado por una de esas agencias nuevas que trabajan con temas de algoritmos y mensajes subliminales, lo quieren para vender gaseosas, para que hable con Obama, para que su cara, que todo el mundo está soñando, se asocie a ideas políticas o productos.

Pero el solo quiere que le den algo de publicidad para poder editar su libro, que todavía no escribió, sobre la evolución de las hormigas, le pasa que todas sus ideas son publicadas por otros, por amigos, a los que alguna vez se las contó.

Pero no todo es color de rosa, esos sueños inofensivos un día se convierten en pesadillas, verdaderas masacres, actos de violencia inusitada, que lo tienen otra vez como protagonista involuntario. 
 

Entonces todo se pondrá oscuro, lo evitarán, no lo quieren ni sus alumnos (a los que en sueños le ha hecho cosas horribles) ni sus amigos (tiene pocos) ni su esposa e hijas, último refugio de su vida, que ya no pueden convivir con el fonómeno en que se convirtió su padre.

Cage es bueno para este papel, muy bueno, porque parece no enterarse de nada, se deja llevar, solo pone su sonrisa, se enoja cuando lo destratan, pero no puede reaccionar, ve como todo se va desmoronando a su alrededor sin poder hacer nada.

Intenta un dramático video pidiendo disculpas pero ni eso le sale bien.

Todo lo que brillaba ahora es tenbroso, todo lo que sonreía ahora duele.

Es una película muy incómoda, que nos hace reír por el absurdo, pero también ponernos extrañamente descolocados por momentos.