Griselda

Alguien piensa que estas vidas de asesinos despiadados, miserables, son intereantes para contar. También hay quién cree ver en esas historias, lealtades, códigos, y vaya uno a saber cuánta pavada más. Funciona, pero es horrible.


4 Butacas



Y Griselda además es un típico producto con mirada gringa sobre el tema del narcotráfico, sesgada, básica, pacata.

Hay una apuesta, creo que es lo único, de una actriz muy consagrada en Estados Unidos, Sofía Vergara, de producir y protagonizar esta historia, la de Griselda Blanco, la más despiadada narcotraficante mujer, que abrió el mercado de Miami a la droga colombiana.

Y es una apuesta (obvio que con contención) ya que es una actirz de comedia (es buena para eso) y muy bonita, y acá decide hacer un drama y afearse para parecerse (no lo logra) a la Griselda de verdad.

La historia tampoco es atractiva, está contada demasiado lineal, demasiado básica, con saltos temporales medio tirados de los pelos, y algún bache narrativo.

Ella fuma todo el tiempo, putea, dice (necesita decirlo porque el relato no alcanza) que le cuesta todo porque es un negocio de hombres que no se bancan a una mujer exitosa y obviedades por el estilo.

Nada es sutil en Griselda, no nos dejan que deduzcamos, que pensemos nada, todo tiene que ser explícito.

Las actuaciones, salvo el esmero de Vergara, son todas (con alguna excepción) de malas para abajo, sobreactuados, con un guión inverosímil a veces y exageraciones en el guión, como para que nunca nos quede duda de lo que está pasando, como si no lo viéramos.

En definitiva, un producto que nace para ser masivo, con una campaña de marketing muy esmerada detrás, y sabiendo que estas historias (sobre todo después del exitazo que fue Narcos) caen bien y son devoradas por el público.

No defradua desde es punto de vista. Lo que no se entiende es por qué sucede.


Comentarios

Entradas populares