Jurado n° 2

 Puede ser la última película de Clint Eastwood como director, tiene 94 años, y está bien, porque si así fuera se despide del cine con una mejor nota que sus últimas dos o tres producciones, en las que además trabajó y no estuvieron a la altura (Cry Macho por ejemplo).




7 Butacas



Y para novedoso, lo clásico! El Jurado número 2 es una pieza tranquila y sencilla que no se aparta un solo cuadro del clásico narrativo de las historias de jurados.

Como a todos, les hará acordar a 12 hombres en pugna, aunque el nudo del conflicto no está en los desacuerdos de la sala sino en un dilema moral que estará sobrevolando toda la película desde el comienzo.

Jurado número 2 es una película de antes, como las que solíamos ver, de presupuesto medio, clásica en su desarrollo, con un buen elenco y una historia que atrapa precisamente con esos pocos elementos. Eran muy comunes en los años 80, y fueron todas destinadas a la televisión, pero cuando aparecen no podemos dejar de verlas, porque el foco es la historia y no los efectos especiales o los personajes de historieta.

Un periodista que hace reportajes en una revista local (Savannah, Georgia) con aire de escritor, es seleccionado para integrar un jurado para un juicio muy mediático, de asesinato. Tiene una vida tranquila, su esposa está terminando un embarazo complejo, y la verdad es que no tiene muchas ganas de cargar con esa obligación, pero a pesar de que lo intenta, lo seleccionan.

Una noche de mucha lluvia y tormenta, una discusión en un bar de carretera, una escena de violencia en una pareja, termina en el estacionamiento, con ella saliendo caminando por la ruta y su pareja yendo a por su auto después de discutir y decirse todo lo peor. Con gente filmando por supuesto.

Esa escena, en un recurso básico pero no tan usado, la veremos durante el juicio recreada con sutiles diferencias, tal cual la óptica del que la recuerda.

La actriz que interpreta a la chica asesinada por su novio es la hija de Eastwood, Francesca.

La fiscal del caso, Toni Collette, está por ser fiscal de distrito y este caso tiene todos los condimentos para catapultarla a ese cargo sin escalas.

Todo el sistema, policial, judicial, mediático, tiene pereza en investigar más allá de lo obvio y lo visible, discusión, pareja violenta, ella se va, el la persigue y la mata.

Todo simple, no hagamos más de lo que tenemos que hacer para resolverlo.

Hay algo que pasó esa noche, que involucra a este jurado, algo fortuito, casi olvidado, que hace que todo se trastoque y cambie definitivamente.

Algo que, de saberse, cambiará todo, también su vida y su futuro.

Ahí está el dilema moral que nos acompaña todo el tiempo y nos hace preguntarnos a nosotros mismos qué haríamos en esa circunstancia. Qué decisión tomaríamos.

No voy a contar mucho más porque es el nudo centra de esta película que nos recuerda a lo mejor de este género y que está contada con los recursos de antes y los encuadres y actuaciones sobrias como antes.

Están además del protagonista Nicholas Hoult, Kiefer Sutherland como el padrino del protagonista, que además es abogado y le dice con cariño y firmeza qué es lo que pasaría si se sabe lo que ocurrió de verdad esa noche, y J. K. Simmons, que compone a otro miembro del jurado, que es un ex policía (que bien podría haber sido un papel para el mismísimo Clint, un inteligente y experimentado policía) y que de alguna manera ayuda a sembrar la famosa "duda razonable".

Después es "una de juicio", nos vamos a pasar muchos minutos en esa Corte escuchando alegatos y viendo las reacciones del jurado en planos y secuencias muy bien construidos para que no nos aburramos.

No se estrenará en cines en Argentina, va derecho a Max antes de fin de año

En definitiva, una buena película, sólida en lo narrativo, con todo el pasado que viene a rescatarnos de tanto vacío y un dilema moral que lo atraviesa todo.




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