Cold pursuit
Cold pursuit
Algo anduvo mal. O todo anduvo mal. A mitad de camino de todo. Muy mala y desconcertante.
2 Butacas
Ya sabemos, los buenos guiones han desaparecido de la pantalla grande, se mudaron todos a las series, a los estudios que están en el desarrollo de otros formatos, entonces se recurre a la adaptación, para que al público de Estados Unidos les faciliten la tarea y no tengan que andar mirando subtítulos.
Así parece que fue el derrotero de esta muy fallida película. Toman una película noruega del 2014 (tampoco era un clásico) y la adaptan al gusto americano.
Buscan al actor que en los últimos años se especializó en películas de vengadores comunes, tipos que, como en las de Hitchcock se encontraban un día en una situación inusual y sacaban algo que nunca habían sacado, ese es Liam Neeson, devenido en héroe anónimo de una decena de películas (la mayoría no muy buenas), y se largan.
El tema es que el tono es complicado. Hay un asesinato de un joven al comienzo. Un tema de drogas parece. Y hay un padre que será capaz de todo para vengarlo.
Hasta ahí vamos bien.
El tema es que por momentos la película intenta un tono ácido, corrosivo, y se pone del lado de Fargo (está la nieve y el frío y los personajes bizarros), pero por momentos se pasa de comedia, y por momentos (sobre todo por Neeson) se pone demasiado seria.
Se suceden las muertes (y una muy extraña manera de señalarlas) y todo se encamina a ser una cuestión de solo venganzas.
Los roles secundarios (salvo una corta aparición de Laura Dern) son tan malos, que dan gracia.
Sobre todo el estereotipado y exagerado malo (el traficante millonario y de guante blanco) y sus matones.
Otro dato pésimo es la duración. Más de dos horas.
Uno a la mitad se fija cuánto falta porque quiere que se termine ya, pero falta la mitad.
Nada bueno en esta película.
Nada.
Algo anduvo mal. O todo anduvo mal. A mitad de camino de todo. Muy mala y desconcertante.
2 Butacas
Ya sabemos, los buenos guiones han desaparecido de la pantalla grande, se mudaron todos a las series, a los estudios que están en el desarrollo de otros formatos, entonces se recurre a la adaptación, para que al público de Estados Unidos les faciliten la tarea y no tengan que andar mirando subtítulos.
Así parece que fue el derrotero de esta muy fallida película. Toman una película noruega del 2014 (tampoco era un clásico) y la adaptan al gusto americano.
Buscan al actor que en los últimos años se especializó en películas de vengadores comunes, tipos que, como en las de Hitchcock se encontraban un día en una situación inusual y sacaban algo que nunca habían sacado, ese es Liam Neeson, devenido en héroe anónimo de una decena de películas (la mayoría no muy buenas), y se largan.
El tema es que el tono es complicado. Hay un asesinato de un joven al comienzo. Un tema de drogas parece. Y hay un padre que será capaz de todo para vengarlo.
Hasta ahí vamos bien.
El tema es que por momentos la película intenta un tono ácido, corrosivo, y se pone del lado de Fargo (está la nieve y el frío y los personajes bizarros), pero por momentos se pasa de comedia, y por momentos (sobre todo por Neeson) se pone demasiado seria.
Se suceden las muertes (y una muy extraña manera de señalarlas) y todo se encamina a ser una cuestión de solo venganzas.
Los roles secundarios (salvo una corta aparición de Laura Dern) son tan malos, que dan gracia.
Sobre todo el estereotipado y exagerado malo (el traficante millonario y de guante blanco) y sus matones.
Otro dato pésimo es la duración. Más de dos horas.
Uno a la mitad se fija cuánto falta porque quiere que se termine ya, pero falta la mitad.
Nada bueno en esta película.
Nada.
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