Killing Eve Segunda temporada

Killing Eve (Segunda temporada)

Phoebe Waller-Bridge, la creadora de esta hermosura compleja y extraña, parece ser la clave de esa hilaridad, ese miedo, y esa imprevisibilidad de cada capítulo de Killing Eve. Esas dos mujeres que de tan opuestas, no pueden con eso de atraerse, aún para lastimarse.


7 Butacas



No hay piedad para esas almas. En esta segunda temporada Eve y Vilanelle no solo ya se conocen, ya se han lastimado, se han perdido y se han buscado, y han traicionado a todo y a todos por esa atracción.

La creadora tiene una especial fijación con los personajes femeninos fuertes, complejos, capaces de todo. Y los hace jugar en esta historia, que como en la primera temporada, está construida con la calidad con que la BBC produce contenidos.

En la primera temporada Eve hiere mal a Vilanelle, casi sin querer, la hiere casi mortalmente. Pero la rubia asesina se las arreglará para revivir, para empezar todo de nuevo, no sin dejar huellas para que Eve la busque.

Esas huellas son cadáveres, son señales macabras que van quedando en su camino de recuperación, pero no importa nada, a ninguna de las dos, a la hora de volverse a ver.

Y el MI6 usa a Eve para un plan inconfesable.

Y Vilanelle ya no podrá trabajar (matar) para el grupo que trabajaba, quedó muy expuesta y ahora hay otra asesina en su lugar (no dura mucho).

La historia entonces se va desenvolviendo como una coreografía entre ambas. Un ir y venir de señales, de gestos, hasta que las hacen trabajar juntas contra un mal mayor.

Y lo harán, y se divertirán y sufrirán, y serán capaces de las peores cosas, y de las mejores.

Sutil, irónica, bien actuada, con despliegue geográfico y con una banda de sonido increíble, esta segunda temporada de Killing Eve (suponemos por el final que será la última) está muy bien, a la altura de la primera.

Buen entretenimiento.


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