A promise

A promise

La genialidad de un texto perfecto de Stefan Zweig llevado al cine con la sutileza y el romanticismo que requería. Sutil, leve, compleja, un buen pasaje del papel al cine.


7 Butacas



De la mano del director Patrice Leconte y con Rebecca Hall, Alan RIckman y Richard Madden en los roles protagónicos. El texto de enorme Stefan Zwieg nos sitúa en una Alemania poderosa, período entre guerras, en plena recuperación económica y expansión fabril.

Un empresario poderoso, que trabaja con metales, un secretario inteligente, lúcido y diligente y una esposa jóven, devota de su hijo y su marido son los protagonistas.

El jóven, ingeniero, laborioso, ubicado y concentrado, va ganando de a poco la confianza de ese dueño implacable y exitoso, al que lo unen largas horas de oficina, en los que deciden los futuros de una empresa pujante y poderosa.

Esas horas se trasladarán a la casa de campo del empresario, que luego de sufrir una decaída de salud, debe permanecer más tiempo en la casa que en el trabajo.

Allí vive con su esposa y su hijo, y de a poco, su secretario se irá metiendo en lo cotidiano, en lo doméstico, ayudando a su hijo en el colegio, acompañándolo junto a su madre a paseos y deporte, cumpliendo largamente ese rol de soporte que terminará con la propuesta de ir a vivir a la casa.

Journey into the past se llama la novela que dio origen a esta hermosa historia, y está contada de una manera tan sutil y tan romántica, que implicaba un enorme desafío contarla así en una película.

Pero se logra con creces, porque está apoyada en un trío de actores impecables que aportan toda esa sutileza a los personajes y a la historia que van contando.

Rebecca Hall, además de ser hermosa, es una actriz ideal para estos papeles, porque el vestuario le sienta fenómeno, porque puede manejar una sutilezas impensadas, y puede sonreír y emocionarse con gestos mínimos pero muy efectivos.

SU presencia en la pantalla es de un grado de belleza e ingenuidad y potencia inconfundibles.

Madden (ganó fama con The Bodyguard pero viene ocupando espacios desde hace años en roles secundarios) como el jóven ingeniero y un Alan Rickman distante, implacable en los negocios, pero perspicaz y atento puertas adentro de la casa.

Ese vínculo, el de su mujer y su protegido, irá creciendo con una sutileza y un respeto que no dejan lugar a dudas, hay un poderoso amor entre ellos, pero el respeto por el matrimonio, por aquél que los cobija es mayor a todo.

Rickman, que todo lo percibe, acepta un plan para explorar materias primas en el exterior, que le propone su hombre de confianza, pero el costo será alto, debe ser él mismo el que encabece esa misión, viajando a Mexico por, por lo menos, tres años.

Días antes de iniciar el viaje, llegarán las confesiones, pero no irán más allá. Se dirán lo que sienten, se insinuarán todo, pero no concretarán nada. 

Esos dos años se transforman en más, la segunda guerra se interpone, el marido finalmente morirá, el hijo crecerá, y ella esperará ese reencuentro con su vida.

Una película romántica, respetuosa, hermosamente contada y actuada.


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