Chernobyl

Chernobyl

Todo es ominoso, cruel y frío en esta miniserie que cuenta un episodio que la mayoría de nosotros conocimos de lejos, por los medios, que informaron poco y mal. El drama profundo que significó esta tragedia y la tragedia más compleja que desencadenó ni bien terminó la explosión, la de la muerte de la verdad.


8 Butacas




Fue en Abril de 1986, el mundo se despertó con una noticia inquietante, una planta nuclear de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas había explotado. Nadie imaginaba que se convertiría en el mayor de los desastres nucleares jamás producido, y que los errores humanos estuvieron en medio del problema.

Esta serie, contada de manera magistral que sin recurrir a imágenes reales las ficciona de tal manera que parezca un documental, y que no recurra a ficciones exageradas ni golpes bajos para contar el desastre. Esa es quizá una de sus mejores armas narrativas.

Es cierro que hay historias de vida que se cuelan en el relato de los hechos, la de la esposa del bombero que lo acompaña hasta que muere y está embarazada, la de los vecinos de la ciudad más cercana que se asomaron a un puente ferroviario esa noche para ver cómo ardía la planta, como si estuvieran viendo fuegos artificiales, y tantas otras.

Y las historias de los científicos encargados de la investigación, y las de todos los que tuvieron sus vidas afectadas esa fatídica madrugada.

Pero además de ser muy didáctica en términos de contar de manera simple qué fue lo que sucedió y cómo funciona un reactor nuclear, se mete muy de lleno en el verdadero problema que era la guerra fría, el mundo bipolar y las carreras por la opinión pública y los mensajes que estaban todo el tiempo sobre la mesa y nublaban la manera de interpretar los hechos. Ni hablar de cómo contarlos.

Los desastres siempre son resultado de una cadena de pequeñas cosas que no salen bien, lo que cuenta Chernobyl es que además en este caso, hay que sumar la arrogancia de los que dirigen, el miedo a no cumplir, el miedo a desobedecer y perderlo todo, la necedad y el constante ocultamiento de la verdad.

La historia, contada a través de la mirada de un político, un burócrata de carrera y confianza del premier Gorvachov a quién le encargan la limpieza y reconstrucción (un gran papel de dúctil Stellan Skarsgård) un científico que parece ser uno de los pocos que tiene cabeza fría y es capaz de pensar sin atarse al discurso oficial y es capaz de desafiarlo en base a sus conocimientos (un gran papel para Jared Harris, que es un actor que nos gusta mucho) y la influencia sobre él que ejerce otra científica, que por las de ella y a fuerza de un tesón increíble se suma al equipo que tiene que poner las cosas en orden y contar al mundo lo que realmente pasó (una Emily Watson madura y potente en su caracterización).

Murieron miles, la zona todavía es una zona de exclusión, y quedaron historias diseminadas por el mundo, cuestiones sin contar y errores que todavía no salen a la luz.

La hipocresía de un sistema que prefería mentirse a si mismo y mentir al mundo, antes que asumir que una serie de errores produjeron la peor catástrofe de la era moderna.  La necedad, la muerte de los valores y la verdad en pos de la propaganda y la complejidad de un sistema que todo lo controlaba, cuya burocracia era más poderosa que cualquier arma secreta.

Todo este costado está contado de manera sutil y extraordinaria, casi que se convierte en un relato paralelo al desastre en si mismo, y se torna muy interesante para comprender los alcances de esa política tan nociva en la que el mundo estuvo innmerso desde el fin de la segunda guerra mundial hasta la caída del muro de Berlín.

Buenas actuaciones, buen ritmo narrativo, buenas imágenes, quizá le sobran algunas historias paralelas que distraen del centro, aunque ayudan a entender el fenómeno a través de ver cómo transformó las vidas de pueblos enteros.

Es indispensable verla.

Comentarios

Entradas populares