Prime suspect
Prime suspect
Otra vez Lynda La Plante, o mejor dicho, acá la conocimos. Entre 1991 y 2006 desde la TV británica se dio vida a esta serie que desarrolló a una protagonista femenina como nunca antes, Helen Mirren, dando vida a un personaje inolvidable.
La presentación tiene todo lo que se necesita para atrapar, el primer caso, la primera puntada es potente y es la que abre el camino. En el departamento central de policía son todos hombres, tipos rudos que se complementan, que tienen sus pequeñas trampas entre ellos, que hablan y se dirigen unos a otros con la rudeza de esos escritorios.
Liderados por uno de ellos que es el que sabe guiñar el ojo, el que es buenísimo en lo que hace y tiene una vida privada que es un desastre, el que no le dice a nadie qué es lo que está haciendo en cada paso y se salta varios de los corsets que impone el manual del buen investigador.
Resulta que hay una investigación en curso, y que merced a esa sensación de que lo que hacían siempre estaba bien, atrapan a un sospechoso y se convencen que es lo que hay que hacer.
Pero, acá se desata todo el conflicto, el líder de los detectives muere de un ataque al corazón (sus excesos) y será Jane Tenninson, por primera vez una mujer, que después de sufrir dilaciones y desplante varios, se haga cargo de la investigación y como jefa del departamento.
Un personaje de una profundidad y unos matices muy interesantes creado por Mirren, que le trajo varios premios y una consolidación actoral muy valorada.
La serie muestra muy bien el sexismo de la época, la manera de tratarse y la discriminación en los puestos de trabajo, mucho más en una institución como la polícia.
No le será fácil abrirse camino en esa jungla en la que nadie parece hacerse cargo de su promoción.
Se irá abriendo camino a fuerza de pura inteligencia, ya que con su método, obsesivo y detallista (propio de mujeres dirán) es capaz de diseccionar el caso, abrirlo, exponerlo, buscarle nuevas aristas que los que están a su cargo pasaron por alto, para imponerse de esa manera.
A fuerza de inteligencia (que tardarán mucho en aceptar) y sobre todo de capacidad de trabajo, lo que le traerá los obvios problemas puertas adentro de su hogar.
En perspectiva, la serie también ofrece una ventana para ver cómo los años han ido cambiando las cosas y sobre todo nuestra propia relación como sociedad (en este caso la inglesa) ante determinados crímenes o faltas (aparecerán temas vinculados a la política, al dinero, al racismo, a la prostitución) y lo hará con la perspectiva que hoy podríamos definir como de género pero sin exagerarla, con la mirada de la protagonista que se irá haciendo más empática con los años.
Un enorme trabajo interpretativo y unos libros de buena factura son la clave para esta serie señera, que abrió caminos y que todavía sigue pareciendo moderna a pesar de sus más de 30 años.
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