Bullet train

Bullet train

Bien podría haber sido un animé, su textura, sonidos, colores tienen esa estética frenética de juego constante.

6 Butacas

Digamos que vamos a ver una película filmada casi en su totalidad con ayuda del croma, pasa buena parte del retlato adentro de un tren bala en su recorrido desde Tokyo a Kioto, pero ya sabemos que es todo un gran decorado, moderno, brilloso, estimulante.

Nos vamos a cruzar con un guión muy Tarantino, en el que los malos (son todos malos) reflexionan sobre su maldad en discursos introspectivos, la sangre a montones en cada escena de violencia (hay muchas) y personajes muy bizarros.

También con Guy Ritchie, en sus entramados entre personajes, tan propios de su cine.

Es decir, Bullet train renuncia a toda originalidad, y nos presenta un entretenimiento que no busca otra cosa. Es larga, pero la propia dinámica hace que se soporte.

A ese tran bala entonces subirá un asesino a sueldo, Brad Pitt, que es guiado por su mandante a través del teléfono (después veremos que es Sandra Bullock, tan irreconocible que está bueno que usen su voz soalamente). Brad reflexiona sobre su pasado, ya no quiere matar, ahora lo contratan para robar. Y será un maletín lleno de dálares lo que deberá robar esta vez arriba de ese tren.

Pero resulta que no estará solo, hay otros asesinos que, con sus historias a cuestas, todos van a tener algo que ver entre sí, y no están en ese viaje por casualidad.

La razón por la que alguien los mezcla y los hace eliminarse mutuamente es algo que vamos a descubrir hacia el final de la película.

Hay una historia de base, la de un tipo malo llamado "la muerte blanca", un ruso que se mete en la mafia japonesa, y desde adentro y ganando la confianza del capo, lo elimina y se convierte en un jefe sangriento. Un personaje corto pero muy a la medida de Michael Shannon.

Hay dos cameos excelentes, de íconos de este tipo de cine, que no vamos a revelar porque está bueno cuando sucede, y la aparición de Bad Bunny en la piel del Lobo, un asesino mexicano muy pintoresco.

Quién se bajará vivo de ese tren? Es la gran pregunta.

Una historia divertida, exasperante de a ratos, bien coreografiada y con toques de humor, muy para pasar el rato.