Ennio, the glance of music

Ennio, the glance of music

No hay manera de verla sin emocionarse, el alma de muchas de las escenas que llevamos grabadas en el corazón, tienen mucho que ver con las partituras de Ennio Morricone, y esta película le rinde el homenaje que merece su carrera.


Sin Butacas

Giuseppe Tornatore, que sabe largamente del impacto de su música en las películas (es el director de Cinema Paradiso) arma un rompecabezas perfecto, equilibrado, con testimonios increíbles de gigantes de la pantalla (Clint Eastwood, Pontecorvo, Zefirelli, John Williams, Bertolucci, y siguen los monstruos...) que nos ayudan a repasar una vida de creatividad absoluta, no siempre reconocida.

Ennio tuvo un padre trompetista, y a muy corta edad comenzó con el estudio obsesivo del instrumento. Cada una de estas decisiones de vida están contadas por él mismo, desde su estudio, rodeado de partituras y hojas pentagramadas, con la tranquilidad de los pacientes y la felicidad de los que saben que hicieron un aporte grande.

Ennio Morricone es, entonces, el narrador principal, saca de su archivo las viejas fotos, las viejas escenas de sus recuerdos, desde sus tiempos de estudiante hasta la primera vez que le pidieron una partitura para cine.

Y nos cuenta desde su sillón que las cosas no fueron fáciles para jalonar su carrera, que quiso dejar más de una vez de hacer ese tipo de música, que estudió con maestros de enorme talento, que le decían que ese género, el cine, era un arte menor, que no tenía valor artístico alguno.

Ennio nos cuenta en primera persona esos procesos creativos, lo que le fue pasando en cada partitura (hizo más de 500 obras) cómo encontró cada melodía, cada armonía, las relaciones particulares que desarrolló con cada director, la emoción cuando encontraban la melodía justa, el reconocimiento de artistas que él admiraba.

Es todo lindo en este documental, todo emotivo, porque entre esas anécdotas de vida, su matrimonio de tantos años, sus hijos, su pasión por el ajedrez (y un vínculo inocultable con la composición musical) Tornatore mezcla momentos de las películas más icónicas que se construyeron a partir de sus melodías, lo que nos pone en otra dimensión emotiva de manera inmediata.

Es como si a partir de esas imágenes, a partir de los comentarios del maestro en primera persona de cómo llegó esa particular melodía (muchas de las que vamos a escuchar en la película las podemos tararear de corrido) vamos armando un rompecabezas que pone a la música por encima de los actores, de la historia y de la belleza de la imagen.

Nos abstraemos de la historia, de las palabras, para vivir la emoción de una escena desde otro ángulo, guiados por la palabra del músico sensible.

Los testimonios de los músicos (Pat Metheny, Quincy Jones, John Williams) nos van aproximando al talento de Ennio para los propios músicos, y es una enorme revancha, ya que lo que la película nos muestra es que para sus maestros, para los académicos de la música italiana, ese género era un género menor, una bagatela, un desperdicio.

Hasta que al final, sus antiguos contrincantes descubren que quizá, la música contemporánea, la creación para grandes audiencias tiene ese formato, que tardaron en reconocer, pero al final lo hicieron.

6 veces nominado a los premios Oscar, ganador dos veces, por trayectoria y por la película de Tarantino "Los ocho más odiados".

Desde sus comienzos como el compositor de las bandas de toda la producción de Sergio Leone, hasta su colaboración con Tarantino, su vida y su música se pueden repasar con emoción y a manera de tributo en este hermoso homenaje.

Comentarios

Entradas populares