A walk among tumbstones
A walk among
tombstones
Neeson encontró su traje y la pantalla lo agradece.
Encontró que esos detectives medio marginales, medio límites
con la ley, medio melancólicos, por lo general solteros o viudos que entienden
la calle y sus códigos y nunca se cruzan al lado oscuro porque no quieren, le
van bien.
Y nosotros lo disfrutamos, porque suele entregarnos
películas básicas, pero de disfrute.
Entendamos esto, de disfrute como entretenimiento
cinematográfico, como pasatiempo. En medio de tiros y venganzas y malos
malísimos, se las arregla para componer un prototipo de vengador cercano, que
seguro que nos gustaría tener algunas veces a mano.
No hay misterios en esta película, un investigador privado
que se involucra en un caso que se irá complicando, con una suerte de pareja
perversa del lado de los malos, que quiere hacer negocios pero que disfruta con
sadismo de ver caer a sus víctimas, y varios charcos de sangre en los que
chapotear.
Nada más.
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