Alias Grace
Alias Grace
El mundo de la escritora canadiense Margaret Atwood, su mirada sobre el mundo y la historia de sumisión de las mujeres, en esta nueva adaptación de su obra al mundo de las series
5 Butacas
Esta vez en el entorno creativo Netflix, y en formato de 6 capítulos, nos trasladaremos a Canadá de comienzos del siglo 19 y a la vida de Grace Marks, una joven irlandesa que desde muy joven, y al perder a su madre en el viaje que la llevaba de Europa a la tierra prometida, pronto descubrirá que, salvo el hambre extremos, la vida en América no es nada fácil ni condescendiente.
Un padre abusivo, poco que protestar, un rol destinado a las tareas básicas, poca opinión y sumisión absoluta, son los componentes de la vida cotidiana de Grace, que debe al poco tiempo de llegar a Canadá con su padre y sus hermanos pequeños, salir a ganarse un sueldo trabajando de doméstica en casas de las familias más acomodadas.
El despertar de las primeras ideas de libertad, las desigualdades que también existían más al norte de nuestras historias de puerto de Buenos Aires, son el telón de fondo de esta adaptación de otra buena historia de Margaret Atwood.
Que al igual que en el "Cuento de la criada" hará mucho énfasis en las condiciones en las cuales las mujeres tenían que hacerse su camino, despertar interés y expresar sus convicciones, aunque más no sea para contar sus penas y dolores, en esa sociedad demasiado cerrada y demasiado despiadada con ellas.
La estructura del relato es casi teatral, aquí es donde afloja un poco desde lo narrativo, porque si bien es cierto que podemos cerrar los ojos e imaginar que alguien nos está leyendo la historia, la imagen en este caso, funciona como un ordenador de tiempo y espacio, pero no agrega nada o agrega poco al desarrollo de la historia.
Sobre todo, porque se elige para contar la historia, a la entrevista que, en sesiones sucesivas mantendrá un médico de la mente (como se lo llama) y Grace Marks, la criada, que ya sentenciada por un doble crimen (de un poderoso y liberal hacendado y su ama de llaves, la jefa) pasa sus días en la cárcel del pueblo y sirviendo como empleada en la casa del director del penal, a la espera de un informe favorable desde lo científico, que le cambie la pena y la libere.
Esas sesiones en las que Grace cuenta cómo recuerda que se fueron sucediendo los hechos, son el corazón de la historia.
Su ambivalencia, su estilo de contar sus recuerdos, sus reacciones, nos harán pensar más de una vez que nos está mintiendo, y que es mucho más despiadada de lo que adivinamos.
El guión tiene que recurrir a la hipnosis para hacernos visibles estar contradicciones, y ese es un recurso que no siempre ayuda.
En definitiva, es infinitamente menor como puesta que lo que se logró con "El cuento dela criada", si bien deja ver y expresa muy bien el mundo conceptual de la autora, no es del todo bueno el soporte dramático y las imágenes, si bien son en extremo estéticas y bien cuidadas, no alcanzan a acompañar la solidez de un texto que se cuenta por si solo.
El mundo de la escritora canadiense Margaret Atwood, su mirada sobre el mundo y la historia de sumisión de las mujeres, en esta nueva adaptación de su obra al mundo de las series
Esta vez en el entorno creativo Netflix, y en formato de 6 capítulos, nos trasladaremos a Canadá de comienzos del siglo 19 y a la vida de Grace Marks, una joven irlandesa que desde muy joven, y al perder a su madre en el viaje que la llevaba de Europa a la tierra prometida, pronto descubrirá que, salvo el hambre extremos, la vida en América no es nada fácil ni condescendiente.
Un padre abusivo, poco que protestar, un rol destinado a las tareas básicas, poca opinión y sumisión absoluta, son los componentes de la vida cotidiana de Grace, que debe al poco tiempo de llegar a Canadá con su padre y sus hermanos pequeños, salir a ganarse un sueldo trabajando de doméstica en casas de las familias más acomodadas.
El despertar de las primeras ideas de libertad, las desigualdades que también existían más al norte de nuestras historias de puerto de Buenos Aires, son el telón de fondo de esta adaptación de otra buena historia de Margaret Atwood.
Que al igual que en el "Cuento de la criada" hará mucho énfasis en las condiciones en las cuales las mujeres tenían que hacerse su camino, despertar interés y expresar sus convicciones, aunque más no sea para contar sus penas y dolores, en esa sociedad demasiado cerrada y demasiado despiadada con ellas.
La estructura del relato es casi teatral, aquí es donde afloja un poco desde lo narrativo, porque si bien es cierto que podemos cerrar los ojos e imaginar que alguien nos está leyendo la historia, la imagen en este caso, funciona como un ordenador de tiempo y espacio, pero no agrega nada o agrega poco al desarrollo de la historia.
Sobre todo, porque se elige para contar la historia, a la entrevista que, en sesiones sucesivas mantendrá un médico de la mente (como se lo llama) y Grace Marks, la criada, que ya sentenciada por un doble crimen (de un poderoso y liberal hacendado y su ama de llaves, la jefa) pasa sus días en la cárcel del pueblo y sirviendo como empleada en la casa del director del penal, a la espera de un informe favorable desde lo científico, que le cambie la pena y la libere.
Esas sesiones en las que Grace cuenta cómo recuerda que se fueron sucediendo los hechos, son el corazón de la historia.
Su ambivalencia, su estilo de contar sus recuerdos, sus reacciones, nos harán pensar más de una vez que nos está mintiendo, y que es mucho más despiadada de lo que adivinamos.
El guión tiene que recurrir a la hipnosis para hacernos visibles estar contradicciones, y ese es un recurso que no siempre ayuda.
En definitiva, es infinitamente menor como puesta que lo que se logró con "El cuento dela criada", si bien deja ver y expresa muy bien el mundo conceptual de la autora, no es del todo bueno el soporte dramático y las imágenes, si bien son en extremo estéticas y bien cuidadas, no alcanzan a acompañar la solidez de un texto que se cuenta por si solo.
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