Elena sabe

Elena sabe

Otra traducción del universo literario de Claudia Piñeiro en el cine, una pareja de actrices enormes para dar vida a una historia íntima, mezclada con un policial lavado.


5 Butacas



Elena es Mercedes Morán y Érica Rivas es su hija, Rita. Viven en una casa conurbana, muy conurbana, otrora chalet elegante ahora un lugar descuidado.

Se nota que les pasó la vida, se nota que se quieren pero no se lo demuestran todo el tiempo.

Elena tiene un Párkinson muy avanzado, que no hace que sus músculos se muevan solos, sino que de alguna manera les paraliza sus movimientos.

Una tarde Rita lleva a Elena a la peluquería para que la tiñan y la emprolijen. Pasan las horas y no la vuelve a buscar, se larga una tormenta y son los dueños de la peluquería los que la tienen que llevar de vuelta a su casa.

Se nota que a pesar que no parecen llevarse bien Rita está siempre pendiente de Elena.

Por eso se hace de noche, muy tarde, hasta que golpean la puerta de la casa, es la policía, que le viene a decir a Elena que Rita apareció muerta en la iglesia, colgada del campanario para ser precisos.

A partir de esta noticia Elena trajinará con su cuerpo vencido, dependecias policiales, tomará trenes para visitar a amigas de Rita, gente de su pasado, ella cree que no se suicidó, que hay algo raro en la muerte de su hija que querrá descubrir, sola, porque parece que nadie investiga este tipo de muertes, que se saca conclusiones rápido sin revisar nada.

Veremos entonces a una Elena que apenas puede con ella misma, enfocarse y sacar fuerzas de cualquier lado para seguir investigando lo que pasó con su hija, pero también, con flashbacks muy medidos y bien realizados, vamos a ir descubriendo qué tipo de relación tenían madre e hija, y sobre todo, qué tipo de madre fue Elena.

Rita se quitó la vida porque ya no podía con la angustia de ver a su madre enferma, no aguantó más?

Elena sabe es una película íntiima y compleja, que recurre a la historia policial porque es el disparador y porque necesit anclar en algo afuera del drama de la relación entre ambas mujeres para no hacer que la historia sea insoportable, necesita de alguna excusa para poder contar lo íntimo.

Lo dramático funciona muy bien, sobre todo de la mano de dos actrices extraordinarias capaces de todo, Morán con una composición compleja, exigente desde lo físico, pero a la vez medida y sin excesos, y Rivas haciendo a una hija que no quiere mostrar nunca su angustia y su tristeza a su madre, con un equilibrio entre llanto y risa y cariño que son conmovedores.

Lo que no termina de funcionar, estoy seguro que si lo hace en la novela, es el costado policial.

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