Maigret y la joven muerta

Maigret y la joven muerta

De la mano de Patrice Leconte, un director afamado y el enorme (literal) Gérard Deperdieu llega otro Maigret al cine, uno que no creo que esté destinado a ser inolvidable.

4 Butacas

Como si lo fue el excelente inspector que hizo Rowan Atkinson hace unos años atrás. 

Es muy tentador Maigret, porque es un personaje muy atractivo desde la descripción que hace su creador Georges Simenon, un jefe de policía judicial agudo, que vive una vida austera, que tiene una esposa comprensiva y que es buen jefe con su equipo.

No es Holmes que puede resultar un histérico y destratador, o un Poirot que es altanero y pagado de si mismo, Maigret es un cana, un funcionario que hace su trabajo de manera profesional, nada más.

Generalmente cuando se lo lleva al formato cine o serie, se respeta la época, y esta no es una excepción, nos vamos a ir a París de los años 50 en cuyas calles aparecerá el cadáver de una jovencita, bien vestida, ensangrentada.

Ante un llamado anónimo acude el equipo y el inspector, y a partir de ese mismo momento comienza la pesquisa, que lo tendrá como siemrpe como un parsimonioso pero agudo observador, hasta develar el misterio.

Es una chica a la que nadie conoce, como tantas chicas jovenes que llegan a París para hacerse un destino, pajueranas diríamos acá, a merced de lo peor de la ciudad, de lo más bajo.

La película esta vez es cansina y con tono melancólico. Quizá algo que el intérprete le impone ya que se lo ve así, cansino y añorando un pasado mejor.

Tiene algunas limitaciones de movimiento por su corpulencia, y se nota que está algo mayor, lo que lo hace ideal para este tipo de papeles.

En esa investigación también impacta que está conmovido, que la chica muerta tiene la edad que tendría su hija que ya no está, y es motivo de especial foco en su investigación, hará todo lo que esté a su alcance para atrapar al asesino.

La historia entonces se irá construyendo con los elementos clásicos de Simenon, puntada tras puntada, conformando un avance lento pero eficaz hasta llegar a las conclusiones, que nunca serán lineales.

Son mucho mejores otros Maigrets, lo que torna a este, a pesar de la gran dupla director actor, algo innecesaria. Esta puesta es pana, monótona y demasiado lenta.