La uruguaya

La uruguaya

La bellísima e íntima novela de Pedr Mairal llevada al cine como un ejercicio colectivo, con el marco de una Montevideo melancólica y lumpen y la escencia argentina rota.


5 Butacas



Esta película financiada por aportes de voluntarios y dirigida por Ana García Blaya, tiene algunos cambios sutiles con relación a la novela, pero mantiene su tono, su fantasía y su melancolía.

Lucas es un escritor de mediana edad, que duda de su talento, pero que insiste en su cometido. Pasa por esos baches creativos y de ánimo que todos podemos tener, pero que en su caso son vecinos de la desesperación por la guita.

Ya no es un pibe, está casado y tiene un hijo, y cuentas, y obligaciones y preocupaciones que atentan contra esos momentos en los que las palabras tienen que salir.

Mientras hace equilibrio con su matrimonio consigue que le paguen un adelanto, en Uruguay, lo que le va a dar aire para pagar las cuentas y ponerse a escribir sin el peso de esa preocupación.

Allá va, a Montevideo, solo, por el día, para traerse escondido en el cuerpo esos 15.000 dólares definitivos.

Pero la historia va de otra cosa, Lucas conoció a Guerra, que lo fue a escuchar a una charla en una plaza, es más joven Guerra, y decidida, y bonita y despreocupada.

Así que Lucas cuando vuelve a Montevideo solo quiere verla, retomar la historia desde donde la dejaron, que fueron unos besos frenéticos en la oscuridad de una playa.

Esa fantasía funcionó en Lucas como un motor, planeó un día ideal, cobrar la plata, esconderla, comprar un regalo para su hijo, reservar una habitacién en el Radisson, pasar la tarde con Guerra y volver a Buenos Aires.

El clima de la película es quizá su mayor logro, ese clima entre bohemio y desesperado, y el peso de una historia simple entre dos casi desconocidos que es muy despareja.

Lucas pone mucho, Guerra muy poco. Le alcanza con su sonrisa.

Todo lo que Lucas planeó como hermoso see convertirá en una pesadilla, un pozo de sombras, una calamidad.

Todo lo que podía salir mal salió mal, y todos los sueños y fantasías se fueron por la pileta del baño de su amigo en Montevideo, adonde fue a curarse las heridas.

Es tierna, es muy de adultos, es romántica a su modo, es brutal y profundamente argentina (pero también uruguaya) y es en definitiva una historia de amores desencontrados.

La vuelta a Buenos Aires después el peor día de su vida ponen las cosas en un punto de quiebre tal, que saldrá la luz para Lucas, en forma de un libro nuevo, y de alguna manera una nueva vida.

El elenco es corto, Sebastián Arzeno, Fiorella Bottaioli, Jazmín Stuart y Gustavo Garzón, pero muy ensamblado y hay un trabajo muy interesante con la adaptación del guión original, para hacerlo más mundano, más de época.

Fue financiado mediante el esquema de crowdfunding por 1961 productores, apoyando la iniciativa de Orsai, de Hernán Casciari.


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